En los últimos días, desde la Fundación Dar CONIN se informó el incremento en los casos de obesidad infantil en Río Grande, una problemática que requiere atención y acciones urgentes.
La licenciada en Nutrición, Natalia Soto, dialogó con el programa “Un gran día” de ((La 97)) Radio Fueguina, y compartió su visión sobre esta tendencia alarmante y las posibles soluciones.
La profesional explicó que “en el consultorio llegan muchos casos y también sabía que en la fundación CONIN se estaban ocupando de casos de desnutrición y habían incorporado también talleres de lo que es obesidad infantil”.
Soto añadió que “hay niños y niñas de los dos géneros con esta problemática”. Y mostró ejemplo de su trabajo en la materia: “por ejemplo, yo estoy trabajando bastante con cuatro o cinco chicos que lo padecen y se trabaja mucho todo lo que es la educación alimentaria, el trabajo con los padres, lo que se consume en la escuela, lo que se compra en los supermercados, los cumpleaños que se puede llegar a trabajar y después, a preparar”.
“Lo que sí trato de proyectar o que los chicos se lleven es que hagan actividad física; eso colabora muchísimo con el tratamiento. De ahí a los 6 o 7 años, que ya tengan la educación alimentaria y que vayan a hacer actividad física, que le quede como un hábito diario, hace que a los 13 o 14 años no sea tan difícil proponerlo”, señaló la especialista.
Reflexionó sobre el impacto del mundo digital en esta problemática: “hoy en día, al tener tantos elementos electrónicos, es mucho más fácil quedarse en casa o preferir pasar de la Play a la computadora, de la computadora al celu. Es tanto lo que genera mirar cosas electrónicas o estar pendiente de algo electrónico, que hoy en día, a no ser que en la escuela o en tu contexto o en algún familiar, mamá, papá, abuelo, tíos, primos, te lleven a hacer un deporte o te cambien un poco lo que es la actividad física, lo hacen, pero si no, es muy difícil”.
Además, resaltó que “nuestra realidad social cambió mucho. Antes era mucho más normal, por ejemplo, ver o decir que íbamos a salir a jugar a la pelota con los vecinos del frente. Hoy en día, hay muchos lugares donde no se puede por cuestiones de seguridad, ahora por el tema del frío que también favorece mucho el sedentarismo. Y todo lo que se pueda hacer para prevenir la obesidad infantil, habría que hacerlo”.
Soto explicó cómo se evalúa la situación del peso infantil: “se usa mucho lo que son las tablas de la Organización Mundial de la Salud, y entonces, lo que se hace es, según el peso, la talla y la edad, se establece qué percentilo tiene el niño desde que nace hasta los 19 años. En este caso, sí se ven muchos percentilos altos en lo que tiene que ver con el peso mayor a 90, mayor a 98, y se trabaja tratando de bajar ese valor, que crezcan más en altura y que, obviamente, desarrollen algún deporte o hagan alguna actividad para prevenir un poquito la obesidad”.
Respecto a los índices de prevalencia, la especialista señaló que “ese mayor a 90 o 98 es la relación entre el peso y la talla, lo que se denomina el percentilo. Generalmente, estos casos vienen recomendados por el endocrinólogo, el clínico o el pediatra”.
Soto advirtió además que “hay casos de insulino resistencia, prediabetes, hígado graso, en niños de 10 a 14 años aproximadamente, y son muchos los casos. La verdad que sí”.
En cifras, mencionó que “hay que pensar que más o menos entre un 30 y un 40% de los niños en presenta sobrepeso u obesidad”. La profesional contó también que en ejemplos concretos, “tengo pacientes que cuesta bastante, pero logran encaminarse si hay un trabajo real desde la familia”.
Destacó un caso especial: “un niño que llegó con 137 kg, tenía 14 años, era muy alto, casi un metro 80, pero tenía casi 30 a 40 kg de más. En este año y medio, logramos que baje casi 30 kg, pero siempre desde la casa, preocupándose, haciéndole las viandas. Él fue tomando conciencia, viniendo a controles cada 15 días, haciendo actividades físicas. Comenzó con futsal y ahora suma el gimnasio; todo eso colabora, y ya su cabeza cambió, está tomando otras decisiones, generó otros hábitos y actitud positiva hacia su salud”.
“La experiencia demuestra que, con compromiso familiar y un enfoque integral, es posible revertir estos cuadros y promover un estilo de vida más saludable en los niños de Tierra del Fuego -expuso la profesional-. La lucha contra la obesidad infantil requiere acciones coordinadas entre profesionales, familias y comunidad para asegurar un futuro mejor para las nuevas generaciones”.
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