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Jorgelina Esandi

«El 50% de las mujeres que abortan tienen ideas suicidas»

La licenciada en psicología indicó que aquella persona que tomó la decisión de no continuar con el embarazo, tiene diferentes tipos de padecimientos.

Han pasado varios años que Argentina legalizó el Aborto Legal, Seguro y Gratuito para las personas gestantes, que deseen discontinuar con el embarazo, por la razón que la persona crea, antes de cumplir las 14 semanas de gestación. El debate que se planteó desde el 2018 y que generó una nueva grieta entre los argentinos vuelve a estar en agenda a raíz de las primeras consecuencias que aparecen tras abortar, según indicó en el estudio de ((La 97)) Radio Fueguina, la Licenciada en Psicología, Jorgelina Esandi. Sostuvo que «se habla poco de este tema y toda pérdida genera dolor, y esto podemos asociarlo con el duelo, el vacío que queda», inició.

Continuó desarrollando que «nosotros le llamamos aborto o pérdida gestacional, la cual puede ser un aborto natural o buscado por la persona», señalando que esta situación genera un «malestar en menor o mayor grado».

La licenciada en psicología agregó que aquella persona que tomó la decisión de no continuar con el embarazo, tiene diferentes tipos de padecimientos: «al principio siempre hay ambivalencias; alivio de resolver esta situación; dolores físicos; tristeza; angustia». Asimismo, indicó que hay luego se expresa en diferentes maneras «la dificultad de integrar el aborto con la vida cotidiana: Cuesta porque hay un dolor que uno está atravesando y es inevitable».

Continuando con la línea de consecuencias que aparecen luego de abortar, sostuvo que las persona «muchas veces piensan y plantean la duda de si estuvo bien la acción. Se crea el imaginario de qué hubiera pasado si continuaba con el embarazo», resaltando que estas situaciones se «escuchan en las consultas y también hay estudios sobre lo que es el post aborto».

Relacionado con esto último, mencionó las estadísticas que menciona la ciencia «el 50% de las mujeres que abortan tienen ideas suicidas. El 20%tiene trastornos de estrés post traumáticos, un conjunto de síntomas asociados a la depresión, ansiedad, flashes del momento, que también afecta a los hombres que acompañaron en el proceso. El 95% tiene algún síntoma de depresión, que no es post aborto. El 65% tiene síntomas específicos, como por ejemplo: pensamientos recurrentes del hecho; tratar de evitar el dolor, con la negación como mecanismo de defensa». Ante estas situaciones planteadas, sostuvo que el aborto «pasa factura. No es gratis. Tenemos que hablar de esto, porque después nadie acompaña, ni acobija a la persona que está atravesando este momento, ni siquiera las parejas», lamentó.

En el programa radial «Un Gran Día», la Licenciada en Psicología, indicó que en el consultorio, la paciente no va con el fin hablar sobre el aborto, y las consecuencias que le produjo. «A veces ni siquiera se asocia. Vemos depresión, síntomas de angustia, que no se puede acomodar a la realidad, que no puede encontrar trabajo, o continuar con la facultar. Cuando indago, porque es nuestra tarea, encontramos raíces que modifican la vida posterior de la persona. Hay que ser muy cauto para definir que esto que vemos en la superficie, hay cuestiones más profundas», que afectan al sujeto social.

Ante la consulta sobre qué ocurre con la persona que aborta y luego decide ser madre, la Licenciada Esandi comentó que «se vienen flashes a la mente, ideas e imágenes. También aparecen cuestiones emocionales, la culpa, hacer recuentos de cuántos años tendría esa criatura, o si hubiera sido nena o varón», comenzó explicando sobre estos temas. «Muchas personas posteriores al aborto tienen miedo de ser madre, en cuestión de que algo haya quedado mal. La culpa genera ideas negativas o catastróficas. Es bueno trabajarlo, hablarlo», reitero.

«Lo que se guarda, termina poniéndose feo con el tiempo», aseveró la licenciada en psicología en relación a no blanquear que la persona abortó. «Los silencios afectan a los vínculos en un futuro. Lo no dicho sale por otro lado. Es saludable hablar, siempre y cuando se defina el cuándo, cómo y con quién».

En relación a quiénes se acercan a su consultorio a pedir ayuda luego de abortar, la profesional en salud mental comentó que son «todas. Arrepentidas, jóvenes, adultas». Sin embargo, recalcó que hay dos tipos de pacientes en este sentido. Quienes plantean una situación que les afecta y no lo pueden resolver, que para ello «hay que tener un ojo de detective, que para ver que detrás de la demanda hay una cuestión». El otro tipo de paciente «expresan que vienen porque abortaron y les afecta».

Luego de ser consultada cómo se siente como psicóloga ante estos pacientes, y las consecuencias claras que trajo la legalización del aborto, expresó que siente «una cierta angustia. Lo hemos hablado en aquel momento«, cuando inició el debate sobre la despenalización del aborto. «Nosotros trabajamos para la salud mental, para que la gente esté mejor, y ver las consecuencias de legalizar cuestiones que en un futuro van a empeorarlas, da pena. Da pena que no nos escuchen a los profesionales que investigamos».

Enfatizó este mensaje sosteniendo que «lo hemos dicho en ese momento y lo volvemos a decir: Hay consecuencias y dolor. Nosotros trabajamos con eso, y continuaremos con lo que venga, pero tenemos que hablar para prevenir un montón de cuestiones que es lo fundamental para la salud mental».

Por último, la psicóloga anunció que junto a un par de socias trabajadoras en salud mental se armó el grupo “Psicored.integral” donde se arman capacitaciones de temas tabú: “Nos vamos a animar a meternos donde pocos se quieren meter, vamos a hablar de adicción a la pornografía, pérdida gestacional, temas de pareja, ansiedad”, enumeró.

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