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Cruce por aguas argentinas

Se realizaría en una embarcación de 160 metros y demandaría unas 5 horas

La ingeniera a cargo del estudio que se presenta por estos días en Tierra del Fuego, pormenorizó aspectos técnicos del proyecto definido para el anhelado cruce por aguas argentinas entre Tierra del Fuego y Santa Cruz.

La ingeniera portuaria Sandra Acuña Camargo, directora de ingeniería de la empresa Serman y asociados, es la directora del proyecto de estudios técnicos, ambientales y económicos que resultan en la factibilidad para el proceso licitatorio del cruce por aguas argentinas entre las provincias de Tierra del Fuego y Santa Cruz.

La experta, de nacionalidad colombiana, participó de la comitiva oficial que por estos días realiza la presentación del proyecto en las ciudades de Río Grande y Ushuaia, y que además recorrió la zona de San Sebastián, donde se prevé el establecimiento de la terminal fueguina del ambicioso proyecto.

Durante esa recorrida, la ingeniera Acuña dialogó con ((La 97)) acerca de los pormenores del trabajo intensivo, en donde estuvo a cargo de la coordinación y dirección del grupo de especialistas que participaron en el desarrollo.

La experta señaló que uno de los puntos cruciales del estudio fue la concreta viabilidad del proyecto que se pretende. Mencionó la realización de “una serie de estudios bastante amplios de distintos lugares para encontrar la mejor alternativa. Se llegó a la conclusión de que el cruce es técnica y ambientalmente viable”.

Primeramente, expresó que se determinó el buque de mejores características que se podría encontrar para hacer el cruce “con buenos índices de confort, apuntando a una navegación confortable por el estrecho de Magallanes”. El estudio en este sentido se hizo en base a simulación de maniobras, cuya experiencia arrojó resultados satisfactorios.

Ingeniera Sandra Acuña (de frente), una de las expertas a cargo de los estudios, en San Sebastián.

Como se hizo conocer, la propuesta prevé el cruce con un punto de partida en el sector Sur de la bahía de San Sebastián, en Tierra del Fuego, hasta Punta Loyola, en la desembocadura del río Gallegos, provincia de Santa Cruz. La navegación entre ambas terminales, según apreció Acuña, demoraría en el orden de las 5 horas como tiempo promedio, dependiendo claro está de las complejas condiciones climáticas de la zona.

Consultada sobre esa puntual definición geográfica, en desmedro de la a priori más conveniente entre Hito 1 y Cabo Vírgenes (Punta Dungeness), es decir en el extremo del estrecho y no a mar abierto, la ingeniera explicó que “se determinó que en los sectores más al Norte de la isla, la costa está muy expuesta a las condiciones climáticas, entonces las obras portuarias deberían ser de mayor envergadura. Y además el tiempo de tránsito por carretera para llegar al extremo de la isla, es mayor”.

Teniendo en cuenta las condiciones climáticas y meteorológicas reinantes en los sectores seleccionados, Sandra Acuña confirmó que se hizo una modelación muy específica de mareas, corrientes, olas, vientos, en San Sebastián en particular, “y se resolvió con un viaducto que ingresa a la bahía para alcanzar la profundidad natural, sin necesidad de hacer obras de dragado”. Agregó al respecto que “se planteó para evitar obras de dragado en una zona como ésta, ambientalmente tan sensible”.

En relación con el buque, dijo que la tarea “fue muy intensiva. Se determinó, en el mundo, en mares de similares características, qué embarcaciones se usan para poder hacer las simulaciones”. La embarcación indicada para las futuras operaciones es de porte grande, de 160 metros de eslora, con capacidad suficiente para transportar 300 autos, 80 camiones y 1200 personas.

Los estudios propuestos determinan que las obras tendrán una duración aproximada de unos 3 años. Este tiempo se refiere específicamente a la parte técnica, independientemente de los plazos administrativos que conlleven los pliegos de la licitación.

En cuanto a la faceta financiera, si bien no es la especialidad de la ingeniera, en base a su experiencia formuló que existen “verdaderos beneficios en cuanto al ahorro en el costo del transporte y una serie de beneficios superiores a la inversión. Estamos hablando de la necesidad de conexión de un territorio, de la soberanía y de todo lo que los argentinos merecen para estar conectados por su territorio y prescindir de pasar por otro país”.

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