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A 71 años de descubrimiento del primer pozo de petróleo en Tierra del Fuego

Se cumplió hoy un nuevo aniversario del día que cambió el rumbo económico de la Tierra del Fuego. Carlos Ratier y Juan Degratti recordaron a los pioneros, hombres que sin saberlo aquel 17 de junio de 1949 inscribieron sus nombres en la historia.

Esa mañana hacía unos 6 grados bajo cero, talvez menos, recordó un día el padre José Zink. Unos kilómetros al norte de Río Grande, un grupo de hombres daban el paso final para cambiar la historia de Tierra del Fuego.

El 17 de junio de aquel 1949 marcó el descubrimiento de hidrocarburos en la Isla Grande de Tierra del Fuego, un hito trascendente en la historia nacional en el plano político y económico de la región. Desafiando la soledad y la tremenda dureza del clima, comenzó la etapa del “oro negro” cuando un grupo de hombres decidió arrancar de las entrañas de la tierra el fluido que llevaría bienestar y confort a hogares fueguinos, hasta entonces calefaccionados únicamente por leña.

El lugar elegido, un campo ubicado a 25 kilómetros al norte de Río Grande, cercano al casco de la estancia “Violeta”. Allí de trabajó durante dos años hasta que llegó el día soñado. Se selló el primer pozo petrolero en la Isla y desde entonces Río Grande tendría gas natural y se iniciaba un camino de riqueza que aún hoy es base fundamental del desarrollo económico fueguino.

Los hombres que iniciaron esta gesta celebraban el logro, quizás sin saber que se estaban ganando un lugar en la historia aunque, injustamente, pocos los recuerden 70 años después.

Si lo hacen el histórico trabajador petrolero Juan Degratti en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina y el escritor e historiador en un escrito que acompañamos al pie de esta nota.

El listado más completo que se pudo hallar menciona al Ing. Lisando Guarnieri, Estanislao Leniek, Celestino Olmos, Cándido Nieva, Tito Kees, Ramón Balverdi. Devoto, Trasarto, Casciani, Más, Culitripai, Ruiz, Roberts, Alaniz, Vera, Novegil, Olivera, entre otros. Estos hombres, junto a un equipo Wilson, dos bombas, tres motores, un tractor y dos camiones Torniklof, herramientas y enseres personales, iniciaron la aventura que se convirtió en logro histórico

Nikita Sunn, el que tuvo el privilegio

(por Carlos María Ratier)

Sus padres habían venido a la Argentina desde la Polonia ocupada por los soviéticos.  Por cierto,  llegaban huyendo del horror de la Primera Guerra Mundial.  Y se instalaron en la Pvcia. de La Pampa.  Fue allí,  en Gral.  Acha,  pueblo agrícola de la pampa húmeda,  donde nació Nikita Sunn,  el  menor de tres hermanos.

Su padre había podido montar una herrería para la construcción y reparación de carros y  sulkis,  por lo que cuando finalizó los seis años de la primaria,  Nikita se puso de ayudante aprendiz  de su  padre.  Así,  entre fierros y carburo,  pasó la adolescencia.

Como la cosecha demandaba transportes para movilizar la producción,  y  ya Nikita Sunn avisoraba la posibilidad de independizarse,  a los 18 años  intentó comprar un camión,  pero como era menor de edad,  debió  recurrir a su hermano mayor  ante la negativa de su padre para firmar.

Las cosechas se alternaban entre buenas y malas,  llegando sus consecuencias a los transportistas.  Luego la guerra que se libraba en Europa,  afectaba a nuestro país.  Faltaba  de todo,  faltaban cosas específicas,  y entre ellas estaban la nafta  y las cubiertas de caucho,  que valían más  que el camión INTERNATIONAL  que había  finalmente comprado.

Nikita Sunn  debió cumplir con el servicio militar en Río Gallegos,  tomando de esta forma un primer contacto con la Patagonia.  Luego de un año volvió a sus pagos de La Pampa,  y al  camión,  acarreando leña para el ferrocarril.  Así las cosas hasta que se vio obligado a vender el camión  en  razón de que no  se conseguían  cubiertas  para hacerlo andar.  Supo que definitivamente  una etapa finalizaba,  y había  que comenzar otra con celeridad.

En abril de 1944  ingresa a YPF  a descubrir el mundo del petróleo.  Lo destinaron a Comodoro Rivadavia con la misión de atender el mantenimiento de todo lo mecánico,  ya sea del  material rodante,  como de equipos de perforación.  En estos años también aprendió  a volar en el Aeroclub de Comodoro Rivadavia,  piloteando aviones Focker.

Como  la actividad petrolera  en la Patagonia iba en aumento,  le llegó un nuevo destino al  sur del sur.  En  1949  llegó a Río Grande en un aviación DC 3,  que aterrizaba detrás del Frigorífico.  Un  colectivo conducido por el papá del Toto García lo trajo al pueblo cruzando por el viejo puente colgante.

Aquí tuvo una buena bienvenida por parte del  Ingeniero Lisandro Guarnieri,  primer administrador de YPF,  y  también de quienes serían sus compañeros de trabajo en el  pozo  TF 1,  Ramón Balverdi,  José Lezama,  Maturano,  Alfredo Zurita,  Román  y  Castro,  entre otros.  En 1954  se casó  con Celia Vidal Valenzuela,  una jovencita que aquí conoció.   Del matrimonio nacieron dos hijos: Mirta y Mario.

A  Nikita Sunn  le tocó practicar el sellado de seguridad del histórico TF 1.  Ese pozo del Río Chico, que significó la primera surgencia de hidrocarburos en Tierra del Fuego,  fue en años siguientes el que suministró el primer gas natural para  consumo domiciliario que dio fin a la leña.  Mientras tanto ya se perforaba el TF 2,  ubicado detrás de la actual pista de aterrizaje.  Para Río Grande pueblo,  el comienzo de la actividad petrolera,  marcó el inicio de una nueva etapa que permitió la llegada de la segunda tanda importante de nuevos residentes.

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