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El costo del desarraigo

La odisea fueguina de mudarse para estudiar fuera de la provincia

Familias fueguinas deben afrontar una inversión inicial de hasta 6 millones de pesos para que sus hijos se instalen lejos del hogar, sumando alquiler y equipamiento.

Para las familias de Tierra del Fuego, la decisión de enviar a un hijo a estudiar al Norte (como les llaman los patagónicos a las provincias que están más allá del río Colorado) implica un esfuerzo económico monumental y una logística compleja, donde el desarraigo se convierte en una moneda de cambio más.

Según describió en ((La 97)) Radio Fueguina Viviana Rodríguez, referente de la Fundación Volver a Casa, los meses finales del año son claves para que los padres evalúen esta posibilidad, que requiere una inversión inicial que ronda entre los cinco y seis millones de pesos.

La explicación detallada de Rodríguez no deja lugar a dudas sobre la magnitud del desembolso: «Se pagan 3 meses con la inmobiliaria, el depósito y el mes en curso, la instalación de los servicios, hay que pensar en un aire acondicionado porque es igual que acá, no podemos estar sin calefactores, ellos allá no pueden estar solo con un ventilador, una cama, mínimamente un sillón o un par de sillas cómodas y una mesa, después obviamente platos, vasos, todo lo que podemos inclusive llevar desde acá, una heladera que es importante porque para la economía ayuda y el tema del lavarropa». Se trata, en esencia, de equipar una vivienda desde cero en una provincia lejana.

La búsqueda de un alquiler adecuado presenta sus propios desafíos. Apuntando a los destinos más elegidos por los futuros universitarios, como Buenos Aires, La Plata o Córdoba, Rodríguez señaló que «ya en esta época no se consiguen monoambientes, que son los más económicos» y advirtió sobre la disyuntiva entre costos y seguridad.

«En las afueras de la capital de Córdoba, por ejemplo, se pueden encontrar mejores precios, inclusive casas que puedan tener hasta pileta o en los pueblos cercanos. Pero la realidad es que también el transporte en Córdoba es muy caro y pierden mucho tiempo, que lo pueden utilizar para el estudio. Y si viven cerca de la ciudad, eligen también ir caminando y hasta ponen en riesgo su vida, porque la verdad que el tema de la seguridad está embromado».

Ante esta situación, muchas familias optan por estrategias colaborativas. «Lo que están haciendo los papás ahora es aprovechar que los chicos tienen una amistad de secundario, que se han criado juntos o son primitos o familias muy cercanas, y alquilan de a dos y de a tres familias juntos», explicó la referente, una modalidad que busca aliviar la carga financiera.

Frente a la opción de las residencias universitarias, Rodríguez fue negativa en su recomendación: «No les recomendamos las residencias, porque uno trata por lo menos, aunque sea una vez al año, ir a verlos y ahí ya no podés ingresar. Ellos tampoco tienen muchas comodidades como para tener su intimidad, en cuanto a la comida que tienen que dejar por ahí. Hay lugares que sí les cuidan, pero la mayoría no. Después tienen que compartir habitación con gente que a lo mejor no está criada de la misma manera. Tienen que negociar mucho, más que todo su privacidad».

Por ello, consideró que, en muchos casos, es preferible realizar un esfuerzo adicional para garantizar un espacio propio y cómodo que mitigue, en parte, la dureza del desarraigo. «Es durísimo el desarraigo», sentenció, describiendo cómo los jóvenes fueguinos buscan refugio en la comunidad: «A ellos les gusta jugar mucho al fútbol 5, que de hecho son los mejores en el país, entonces ellos tratan de juntarse con otros fueguinos y acá se diluye, acá no existe, si soy de Río Grande, Tolhuin o Ushuaia, no importa nada».

Más allá de los costos y la adaptación, un problema crítico y recurrente afecta a los estudiantes, cuyos padres son empleados públicos afiliados a OSEF: la interrupción de la cobertura de salud. Rodríguez alertó sobre esta vulnerabilidad: «El tema son los cortes, no pagan, desde la provincia no se giran los fondos, en este caso desde el 31 de octubre se había cortado la obra social y nadie nos avisó».

Con indignación, cuestionó en este aspecto la falta de previsión: «Eso es una irresponsabilidad, porque los chicos no eligen cuándo enfermarse, encima están solos. Por lo menos uno tendría que prever esto de saber que se corta la obra social de tal a tal fecha». Y extendió su preocupación a otros fueguinos en situación similar: «Hablo también por los jubilados, porque viven en Córdoba, por ejemplo, en otras partes del país también, pero hay muchos jubilados que son fueguinos y que están con la obra social cortada. Y hay gente que es insulino dependiente, hasta algunos tienen cáncer y no podemos jugar con la salud. Eso es una irresponsabilidad» concluyó Viviana Rodríguez.

Un lugar para la contención

Desde hace poco menos de un año, los chicos que viajasn a estudiar a la ciudad de Córdoba saben que no están tan solos. Por iniciativa de los intendentes de Río Grande y Río Gallegos, se ha establecido en esa ciudad de acendrada cultura universitaria un centro de contención para los jóvenes provinientes del extremo Sur.

La Casa de Jóvenes Fueguinos «Ignacio Studer» les ofrece un lugar de encuentro, reuniones de todo tipo, salas de estudio y asesoramiento profesional en varias especialidades.

Ubicado en la zona del Parque Sarmiento, muy cerca de la Ciudad Universitaria, el polo juvenil hace menos solitaria la estancia lejos de casa y es un nexo permanente y sólido con el hogar paterno.

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