Un relevamiento nacional de la consultora Management & Fit reveló el fuerte impacto de la crisis económica en los hogares: el 80% de los argentinos modificó sus hábitos de consumo para afrontar la pérdida de poder adquisitivo.
El informe detalla que los principales recortes se concentran en indumentaria y calzado, rubro en el que la mayoría de los encuestados reconoció haber postergado compras o reducido su frecuencia.
Otro cambio significativo se da en la alimentación, donde muchas familias optan por cortes de carne más económicos o directamente disminuyen su consumo. Además, crece la sustitución de primeras marcas por alternativas más baratas, tanto en alimentos como en productos de limpieza y cuidado personal.
La encuesta también expone la fragilidad de los ingresos: el 46,3% de los hogares no logra cubrir sus gastos mensuales, de los cuales un 29,6% lo hace con “algunas dificultades” y un 16,7% con “grandes dificultades”.
En este contexto, el consumo masivo se vuelve cada vez más selectivo y austero, con impacto visible en supermercados, indumentaria y hasta en sectores de ingresos medios que antes podían sostener un nivel de consumo más estable.
¿Y en Río Grande?
El equipo de ((La 97)) Radio Fueguina recorrió distintos supermercados de la ciudad con el objetivo de dialogar con los vecinos sobre el impacto de la crisis en sus compras cotidianas. La mayoría coincidió en que “el sueldo no alcanza”, lo que los obligó a modificar sus hábitos de consumo.
Entre las alternativas más utilizadas, muchos coincidieron con el relevamiento a nivel nacional, señalando que reparten las compras en diferentes comercios, aprovechando la variación de precios en productos de primera necesidad. También remarcaron que debieron reemplazar las primeras marcas por segundas o alternativas más económicas, ya que los valores de las marcas tradicionales resultan cada vez más inaccesibles.
Al ser consultados sobre los productos que dejaron de consumir por no ser de primera necesidad, algunos mencionaron postres, como el helado, mientras que otros reconocieron haber reducido el consumo de lácteos, señalando que el queso es el producto más costoso dentro de ese rubro.
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