En medio del debate legislativo por la posible modificación de la ley que regula la salmonicultura en Tierra del Fuego, Julio Lovece, referente de la Fundación Ushuaia XXI, expresó su firme oposición a cualquier cambio que ponga en riesgo el equilibrio ambiental y económico de la provincia. Durante una entrevista en ((La 97)) Radio Fueguina, Lovece sostuvo que la normativa actual -sancionada tras un amplio consenso- no prohíbe la actividad, sino que establece límites claros para evitar daños irreversibles.
«Las inversiones, si bien siempre son bienvenidas, insisto, no pueden poner en riesgo toda una inversión hecha durante décadas», afirmó. «Incluso apostando el mismo Estado a hacer una promoción vendiendo un lugar prístino, puro, con naturaleza virgen, y después cuando venga el turista se encuentre con todo lo contrario».
Lovece destacó que la ley vigente permite sistemas de producción como el RAS (Sistema de Recirculación en Acuicultura), pero cuestionó los argumentos de quienes buscan derogarla: «Uno de los argumentos que están exponiendo quienes quieren tirar abajo la ley es que quieren desarrollar el sistema RAS. Y si la ley hoy en día lo permite. No entiendo».
El ambientalista rechazó también la comparación con el modelo chileno, señalando diferencias geográficas clave: «Nosotros no tenemos la geografía que tiene Chile. Todas esas infinidades de islas y bahías les permiten tener aguas mucho más aptas para la producción. Acá no lo tenemos». Además, cuestionó la viabilidad de trasladar la actividad a zonas como la costa norte: «¿En Península Mitre? ¿Para qué? Si ya hemos impuesto una ley que dice que allí no se puede desarrollar ese tipo de actividades».
Lovece desconfía de los motivos detrás de la iniciativa: «No tiene el más mínimo sentido. A menos, claro, que haya algo que no se está diciendo y que en realidad lo que pretenden es producir lo que se pueda para beneficio de dos o tres empresarios en perjuicio de cientos». En ese sentido, ironizó sobre las declaraciones de Gastón Roma, ex diputado por el PRO y vocero de una empresa noruega interesada en invertir: «¿Va a venir Noruega a hacer lo que no tienen permitido hacer en Noruega? ¿Lo viene a hacer acá en nuestra casa?».
Respecto a las promesas de empleo y desarrollo, Lovece exigió precisiones: «Uno expone un argumento y del otro lado escucha: ‘van a venir inversiones, generaremos puestos de trabajo’. ¿Cuántas inversiones? No sabemos. ¿Cuántos puestos? Tampoco lo dicen». Y recalcó que la ley actual fue fruto de un debate serio y que su modificación respondería a «intereses individuales».
Frente a la pregunta sobre una posible producción a menor escala, Lovece se mostró abierto al sistema RAS, pero advirtió sobre la mirada cortoplacista de algunos empresarios: «Requiere infraestructura previa, implica inversión. Pero algunos quieren producir lo máximo posible en el menor tiempo y con la menor inversión posible».
Finalmente, Julio Lovece enfatizó la importancia de preservar el modelo turístico fueguino: «Vendemos naturaleza, sitios vírgenes. No podemos recibir turistas con jaulas pestilentes en los lugares más prístinos de Tierra del Fuego». Su postura refleja un llamado a priorizar el consenso científico y social por sobre presiones económicas ambiguas.
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