La designación de David Cairns como nuevo embajador británico en Argentina generó una inmediata reacción del gobierno de Tierra del Fuego. Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de la provincia, calificó el hecho como un paso más en la estrategia del Reino Unido para profundizar su control sobre los recursos naturales de las Islas Malvinas, y exhortó al gobierno nacional a no conceder el placet diplomático.
“Cairns, el propuesto futuro embajador, se desempeñaba hasta el momento como vicepresidente de Equinor. Equinor es una empresa que trabaja de la mano de distintas empresas que están saqueando nuestros recursos naturales en Malvinas y que inclusive el gobernador, en su momento cuando era intendente de Río Grande, había denunciado cuando fue el otorgamiento de bloques justamente petroleros aquí en zonas contiguas a lo que es los espacios jurisdiccionales de la provincia de Tierra del Fuego, porque además esta empresa contaba en su directorio con una isleña, obviamente, que trabajaba para funcionalizar todo el rol de esta empresa para lo que son los intereses de nuestros usurpadores del territorio”, señaló Dachary en ((La 97)) Radio Fueguina.
El funcionario fueguino subrayó que el hecho no puede interpretarse como un caso aislado, sino como parte de un proceso más amplio de debilitamiento de la posición argentina respecto de su reclamo soberano. “Esto en realidad no es un hecho aislado, se da en un contexto en el cual está claro que todo lo que tiene que ver con la forma en la cual Argentina históricamente se había parado en torno a Malvinas ha cambiado. No hay mayor síntesis que lo que fueron las propias palabras del presidente el 2 de abril, abriendo la puerta al reconocimiento a los habitantes de las islas como un pueblo, con las nefastas consecuencias de que esto implica y que los países cuando están frente a oportunidades las aprovechan”.
Dachary alertó que esta designación responde a un Reino Unido fortalecido y a una Argentina que ha relajado sus exigencias históricas. “Lo que estamos viendo es el Reino Unido que se encuentra fortalecido en un contexto particular y una Argentina que quita la intensidad de lo que es su reclamo soberano, con lo cual, tal cual dice la teoría, te da la posibilidad de avanzar, de ser más ambiciosos y es así que se pretende designar embajador a una persona que conoce perfectamente cómo operan aquellas empresas que desconocen la soberanía argentina, buscando perfeccionar el saqueo de los recursos”.
El secretario explicó que, aunque los países tienen derecho a proponer sus embajadores, el Estado receptor puede rechazar la propuesta sin necesidad de justificar los motivos, tal como lo establece la Convención de Viena. “Cada país puede proponer libremente cualquier tipo de embajador en el país que va a cumplir funciones. Lo que regula justamente la actividad diplomática es la Convención de Viena. En la Convención de Viena, el país en el cual vos te vas a desempeñar, tiene que autorizarte, tiene que dar la aceptación a esa designación. Por eso ahora la Cancillería Nacional es la que debería evaluar todo lo que son los antecedentes”.
En ese sentido, Dachary sostuvo que hay razones evidentes para rechazar la designación. “Entendemos que perfectamente se está dando esta triste situación de una persona que en su faz profesional perjudicó los intereses nacionales argentinos. No hay forma de entender esto que no sea como una provocación o un avance más por parte del Reino Unido. Y por eso es que el gobernador ha escrito ese comunicado pidiendo justamente que la Cancillería no otorgue ese placet”.
Lejos de plantear una postura extremista, el funcionario defendió la posición del gobernador como un acto de sentido común. “No tiene que ver con una conflictividad irracional, con tomar posturas radicalizadas, sino realmente decir, se vienen cometiendo muchísimos errores formales y vamos a seguir bajando la guardia, vamos a seguir relegando lo que es nuestro reclamo soberano. Creo que se ha llegado a un límite y lo que está intentando el gobernador es, más allá de lo que tenga que ver con las diferencias ideológicas que podamos tener con el gobierno nacional, mantener vivo el reclamo de Malvinas”.
Dachary también se refirió al acuerdo celebrado entre la canciller Diana Mondino y el canciller británico David Lammy, señalando que forma parte de una continuidad preocupante con respecto a las políticas de anteriores gestiones. “Ha sido este gobierno nacional el que celebró un acuerdo, el Mondino-Lammy, en el cual de cierta manera el otro acuerdo nefasto del Foradori Duncan, en el cual otra vez aparecen los vuelos. Si hay un país con el cual vos no podés celebrar un acuerdo de pesca, es con el Reino Unido. Y seguir avanzando en cooperación pesquera con los tipos que hace 50 años que te están saqueando todas tus riquezas…”.
Finalmente, Dachary consideró que el discurso del presidente Javier Milei del 2 de abril pasado fue un punto de inflexión particularmente negativo. “No podés cometer este error. Yo tengo la certeza y lo sé, que ese discurso no salió de la Cancillería. Es imposible que algún diplomático escriba semejante burrada. Porque no tenés que hacer una maestría en Malvinas o ser un doctor en conflicto para saber que las dos posturas que se pretenden mostrar en el mundo es Argentina, cuando se respeta su derecho a la integridad territorial, y esto”.
Recordando los antecedentes históricos, remarcó la gravedad de los pasos que hoy se están dando: “Este año es un año muy importante porque se cumplen 60 años de la resolución 2065 de Naciones Unidas. Esa resolución te dice, Malvinas es una colonia, básicamente es una situación colonial heredada en el siglo XIX, y es un conflicto entre Reino Unido y la Argentina que lo tienen que resolver pacíficamente. Lo vienen buscando desde 1968”.
En la mirada del gobierno de Tierra del Fuego, el nombramiento de Cairns como embajador no es solo una ofensa simbólica: es un riesgo estratégico. Por eso se insiste en que el gobierno nacional debe actuar en consecuencia y proteger los intereses soberanos de la Argentina en el Atlántico Sur.
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