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Desalientan el uso de las camas solares, especialmente en los menores de 35 años

El Instituto Nacional del Cáncer (INC), la Sociedad Argentina de Dermatología y la Asociación Argentina de Dermatología desalentaron el uso de las camas solares e hicieron especial hincapié en las personas menores de 35 años, ya que, según la evidencia científica, ese bronceado artifical aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.

«Recibir diez o más sesiones anuales de bronceado artificial aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel», coincidieron expertos reunidos durante un encuentro que se desarrolló en el Salón Oñativia del Ministerio de Salud.

Según el informe técnico elaborado por la Unidad Coordinadora de Evaluación y Ejecución de Tecnologías en Salud en conjunto con otros organismos, la radiación ultravioleta en dosis excesivas puede asociarse con cáncer de piel, quemaduras solares, envejecimiento acelerado de la piel, formación de cataratas y reducción de la efectividad del sistema inmune.

Contrariamente con ciertas ideas difundidas, lejos de preparar la piel para el verano, las dosis de rayos ultravioletas artificiales se acumulan a las recibidas del sol y refuerzan el efecto cancerígeno.

Las camas solares emiten principalmente rayos ultravioleta A (UVA) y un pequeño porcentaje de rayos ultravioletas B (UVB).

Ambos tipos de radiaciones tienen efectos cancerígenos. Así, el bronceado de la piel se logra al costo de dañar el ADN, ya que es una forma de reacción a la agresión de la piel.

Graciela Mirta Ferraro, presidenta de la Asociación Argentina de Dermatología, dijo a Télam que «con muy buen criterio el Ministerio de Salud de la Nación advierte sobre los daños que pueden provocar las camas solares al público en general».

«Las camas solares fueron diseñadas con fines terapéticos hace más de 30 años. Su efecto es positivo si se aplica bajo pautas médicas a pacientes con enfermedades como vitiligo o psoriasis, entre otras», precisó la especialista.

En cambio, Ferraro advirtió que otras patologías como lupus, porfiria y rosácea, entre otras enfermedades fotosensibles, pueden agravarse con la exposición a los rayos ultravioletas (UV).

«En algún momento a alguien se le ocurrió la idea de tostar al mundo», señaló la médica, para quien además «lo que ocurre es que no tuvo en cuenta que es fundamental el control y mantenimiento exahustivo del equipo y la presencia de un especialista en piel».

Ferraro destacó la importancia de no usar camas solares sin un fin terapéutico y puso como ejemplo a Brasil «que este año las prohibió como solución a un problema estético».

El cáncer de piel es aquel que se forma en los tejidos de la piel y que puede deberse a diversos factores, como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación UV a largo plazo.

Existen dos tipos principales de tumores de piel: el carcinoma, el más frecuente, y el melanoma, que es menos habitual pero su evolución puede ser de peor pronóstico.

Se trata de una enfermedad curable, siempre y cuando sea diagnosticada tempranamente.