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Otra tortura más para los alumnos del Centro Terapéutico

Llevaban más de 8 meses esperando les devolvieran el edificio donde se atienden patologías, algunas muy graves. Cuando quisieron retornar a su lugar lo encontraron invadido por empleados de Supervisión Escolar. El ministro Rabassa todavía no explicó la tremenda arbitrariedad.

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El Centro Terapéutico de Río Grande atiende, contiene y ayuda a chicos y jóvenes con distintas patologías, con severos trastornos de la personalidad, autismo, psicosis, e integraciones a los distintos establecimientos de la ciudad. Rehenes de la incapacidad de varios y sucesivos funcionarios, la población del Centro debió deambular durante más de 8 meses en busca de un lugar físico, porque el edificio de la institución estaba siendo sometido a interminables refacciones. Varias veces, en ese lapso de casi un año, fueron desalojados de los sitios donde encontraba alojamiento temporario, entre ellos una iglesia mormona.

Este viernes, según les avisaron, la agonía había terminado: podrían al fin alumnos, docentes y padres volver al Centro. Pero fue grande su sorpresa y desilusión cuando se encontraron con que el espacio que les pertenece, en la calle Bilbao < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />750, ha sido ocupado un día antes por Supervisoras Escolares de distintos niveles. Sin notificar a las autoridades de dicho Centro y sin mediar consulta alguna con quienes conducen el establecimiento, alguien decidió que 8 consultorios, baños y demás dependencias fueran utilizadas por las Supervisoras de Educación Física, Nivel Inicial, EGB 1, EGB 2, y Supervisora General quienes adujeron “no poder desarrollar con normalidad su actividad por los paros de ATE y SUTEF” en su sede natural, el local de Don Bosco y Alberdi.

El personal profesional del Centro Terapéutico, psicólogos, psico-motricistas, psicopedagogos, músicoterapeutas y docentes integradores se encontraron con la ingrata sorpresa de que el espacio de atención ya estaba ocupado al momento de realizar la mudanza. Ello, a pesar de que el personal profesional estaba realizando la atención (por gestión de una mamá de unos de los chicos que allí concurre) en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos días en la zona del barrio Mutual.

La incomprensible invasión de espacio produjo el rechazo de padres y personal del Centro Terapéutico. Al solicitar las explicaciones correspondientes, la Supervisora Escolar, Delia Fresone adujo que “esto será temporal, porque tenemos que normalizar la entrega de cargos a los docentes y los paros y tomas del Ministerio complican nuestro trabajo”. Semejante argumentación indignó más a los padres.

Ahora se espera al lunes, donde se solicitará a la justicia que intervenga a los efectos de poder retomar la actividad normal que solo se logrará cuando desalojen el lugar las Supervisoras y el numeroso personal que las acompaña, lo cual profesionalmente aparece como un desconocimiento total de la actividad y las patologías de los niños y jóvenes que allí reciben atención profesional.

Lo que no logran entender los padres es el motivo de tanta mentira, y de haber realizado este ingreso furtivo entre gallos y medianoche, incurriendo en otro grave problema para el Gobierno de la provincia, quien automáticamente dejó sin atención a los chicos que allí concurren pero además, cerró las puertas de otros tantos que se encontraban esperando ese lugar a los efectos de ser admitidos, pero esas admisiones deberán suspenderse por falta de espacio físico.

Una auténtica burla, y la sensación de que muchos funcionarios están haciendo todo lo que pueden para derrumbar aun más la imagen de este gobierno. Tiene la palabra el ministro de Educación, último y total responsable de esta anarquía que pone a los más indefensos de nuestra comunidad en situación de mayor desamparo aun del que venían sufriendo.