La situación de Badisur es conocida por todos: la fábrica textil se ha transformado, a la fuerza, en un verdadero emblema de la crisis que atraviesa la industria en general.
Tomada desde hace más de tres semanas, unos 20 trabajadores resisten dentro del edificio los embates y tomadas de pelo de los propietarios de la firma, que insisten con reducir el personal y no pagar las indemnizaciones pertinentes. Para subsistir, mientras continúan las negociaciones, organizan recitales solidarios, colectas y hasta locro.
Sin embargo, en la última reunión Badisur llevó una oferta que, como mínimo, puede catalogarse como vergonzosa: ofreció pagar el 50% de las indemnizaciones en dinero en efectivo y el resto en mercadería (sábanas).
Pero si esto no fuese lo suficientemente ridículo, la firma quiere cobrarles a los trabajadores las sábanas a un precio mayor al de lista, denunció la dirigente textil de SOIVA Miriam Planes.
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