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River goleó a Morón y se metió en la décima final del ciclo Gallardo

El 3 a 0 olía a obligación luego de la eliminación en la Libertadores a manos de Lanús y la derrota con Boca en el superclásico, que lo dejó a 12 puntos del líder de la Superliga; ahora definirá la Copa Argentina con Atlético Tucumán

Es, al menos, una bocanada de aire. Una muestra de que todavía hay signos vitales. River consiguió, con un 3-0 a Morón, un triunfo que olía a obligación y necesidad, por el deber de recuperarse rápidamente, ante un rival de menor categoría, de los golpes recientes. Y lo hizo, con un plus para encarar con otro ánimo el cierre del año.

La final, que sostendrá frente a Atlético Tucumán y tendría lugar el 6 de diciembre en San Juan o Mendoza, será la décima del ciclo de Marcelo Gallardo como director técnico. En ella River intentará ser el primer bicampeón de la Copa Argentina , mientras ostenta el récord de victorias consecutivas en el torneo (11).

Atlas (3-0), Instituto (4-1), Defensa y Justicia (3-0) y Atlanta (4-1) sufrieron la contundencia de River en las instancias previas. Ayer le tocó padecerla al Gallo, que llegó sin goles en contra a la semifinal tras eliminar a cuatro equipos de primera A (Patronato, San Lorenzo, Unión y Olimpo) y anoche fue sacudido dos veces en menos de cuatro minutos por Nacho Fernández -en fuera de juego- y Jonatan Maidana, entre los 39 minutos y los 42 del primer tiempo, y liquidado por Rafael Santos Borré cuando el encuentro se moría.

River, con un 4-1-4-1 en el que Fernández y De La Cruz jugaron sueltos y condujeron los hilos del ataque, no convenció, pero siempre llevó la iniciativa en un juego monótono. Especialmente porque en el primer tiempo no le sobraron ideas y abusó de la búsqueda con pelotazos cruzados para Pity Martínez y Carlos Auzqui con la intención de atacar por las bandas: en la mitad inicial ejecutó 19 centros, y por esa vía llegaron los goles. Además, la monocromía se forjó por el cerrojo defensivo que impuso el conjunto de la B Nacional, que atacó solamente en los primeros 10 minutos y luego se dedicó a fortalecer el fondo.

Luego de un segundo tiempo que estuvo prácticamente de sobra, el proceso de Gallardo, que lleva tres años y cinco meses en el más alto nivel, tendrá su décima final, el incentivo que River necesitaba después de los cimbronazos de la semana anterior: el entrenador ya aseguró que quiere continuar luego de la finalización de su contrato en diciembre, calmando así una situación que incomodaba en Núñez, y ahora el equipo tendrá la posibilidad de afrontar el fin de año a un paso del séptimo título desde que el director técnico llegó, en junio de 2014.

Pese a que la Copa Argentina parece saber a poco tras la dura eliminación por la Copa Libertadores y la caída como local en el superclásico, que implicó quedar a 12 puntos de Boca en la Superliga, el triunfo contra Morón lo ayuda. Era menester para River cortar la peor racha del ciclo del Muñeco -la inédita situación de perder tres partidos en fila y la de recibir cuatro goles en un encuentro, algo que nunca había ocurrido y que pasó tanto ante Talleres como contra Lanús- y enderezar nuevamente el rumbo para reaccionar a tiempo. La final con Atlético Tucumán será a partir de hoy el deseo máximo de un plantel que necesitaba motivarse. Y Gallardo quiere llevar calma puertas adentro y afuera, algo que comenzó a obtener al anunciar su deseo de seguir en el cargo.

Los próximos días serán algo más pacíficos y llevarán a Núñez ciertos aires renovados. Ya habrá tiempo para arreglar el nuevo contrato de Gallardo luego de la elección presidencial; ya habrá tiempo para la danza de nombres en un mercado de pases que a priori será movido porque el club buscará al menos seis refuerzos; ya habrá tiempo para planificar a fondo la pretemporada en Estados Unidos.

Hoy, River todavía no puede enfocarse en eso. Porque cuando el panorama era negro e impensado, el deseo que era secundario se volvió prioridad absoluta: ganar la Copa Argentina quizás alivie un poco el alma que tan sentida quedó

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