El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, sorprendió hoy con la decisión hoy de suspender los cortes de gas por falta de pago del servicio. Ramos Padilla hizo lugar así a un amparo colectivo, presentado por la Asociación de Consumidores Argentinos. “Todas las prestatarias del servicio de gas del país se abstengan de llevar adelante cualquier corte o suspensión del servicio de gas derivado de la falta de pago”. Ramos Padilla se paró así frente al gobierno y el empresariado, y les creó un dolor de cabeza.
Ramos Padilla, miembro de la agrupación Justicia Legítima y de una familia judicial, tiene 42 años y se convirtió en juez en 2011, tras ser designado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Reconocido por la gestión anterior, el magistrado está en la mira del gobierno actual. Tiene tres denuncias en el Consejo de la Magistratura, donde el año pasado se le pidió el juicio político a su padre, el juez de Cámara, Juan María Ramos Padilla.
La acusación contra el padre del magistrado fue por sus posteos en redes sociales, en los que apuntó duramente contra el presidente Mauricio Macri, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, y hasta referentes del justicialismo como Florencio Randazzo o Julián Domínguez. Colegas como el juez Claudio Bonadio y los fiscales Guillermo Marijuan o el fallecido Alberto Nisman también quedaron bajo sus acusaciones en la red del pajarito.
Precisamente a través de Twitter, el magistrado también felicitó a su hijo Alejo, que también desde Dolores falló contra la designación por Decreto de Necesidad y Urgencia presidencial con el que Macri propuso a los dos nuevos miembros de la Corte Suprema: Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
Era diciembre de 2015 y Ramos Padilla padre twitteó: “Orgullo de padre. Les cuento que el juez Alejo Ramos Padilla le ordenó a la CSJN se abstenga de recibir juramento a los jueces del decreto de Macri”.
La oposición a esta designación no fue el primer paso del magistrado que repercutió en los medios. En 2011 y como abogado de la Abuela de Plaza de Mayo Chicha Mariani, Alejo Ramos Padilla avanzó para encontrar a Clara Anahí, la nieta de la mujer, que fue apropiada durante la última dictadura. La cruzada de ambos llegó hasta que Marcela Noble Herrera, hija de Ernestina, la dueña del grupo Clarín, ante la sospecha de que la joven podía ser la beba apropiada. El ADN arrojó que no se trataba de la misma persona.
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