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La víctima y el victimario

La impunidad en torno de Daniel Varizat, un funcionario kirchnerista en problemas, en Santa Cruz. Columna de opinión de Alfredo Leuco, para el programa “Qué te parece” por radio AM Del Plata. Por Radio Fueguina, de lunes a viernes de 14 a 18 hs.

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Si usted me permite le quiero contar una pequeña historia que resume la impunidad de la que gozan hoy en < ?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" />la Argentina los amigos del poder kirchnerista. Hace un año Susana Guillermaz se convirtió en la víctima y Daniel Varizat en el victimario. Los dos estaban en el boulevard San Martín de Río Gallegos. Varizat estaba arriba de su camioneta 4×4 Cherookee dorada y Susana estaba en la calle junto a miles de docentes y empleados.

Varizat ex ministro de Gobierno iba a un acto de Néstor Kirchner en su carácter de integrante de su grupo selecto de amigos. Susana, docente de 53 años participaba de la histórica protesta que reclamaba paritarias y mejoras salariales. Los manifestantes identificaron al pingüino de la abundancia y le empezaron a reclamar a los gritos y golpeando su camioneta.

Varizat con la prepotencia que lo caracteriza hizo marcha atrás y después salió hacia adelante y atropelló a medio mundo. 24 personas fueron lastimadas y heridas. Lo primero que hizo Varizat además de pedir protección a sus amigos del gobierno fue poner sus propiedades a nombre de otros para evitar que los abogados de las víctimas pudieran embargarlo. Lo primero que hizo Susana fue tratar de recordar que había pasado.

Se despertó sedada después de 15 días en terapia intensiva y de dos paros cardio-respiratorios. No se murió de milagro. Varizat estuvo tres meses privado de su libertad en un lugar de privilegio y tomando mate con los oficiales. Pagó una modesta fianza de 15 mil pesos y después de las elecciones fue liberado. Susana recién ahora puede volver a las dos escuelas polimodales donde da la materia Introducción al Conocimiento científico. Tiene muchos trastornos post traumáticos.

Continúa con su rehabilitación porque Varizat con su camioneta convertida en topadora le fisuró en tres partes la clavícula que todavía no se soldó como tampoco sus costillas y por eso ha perdido el 40% de su capacidad pulmonar además de sufrir permanentes infecciones en un talón, por una herida que no cierra.

Está claro que no es la única herida que no cierra. No son las únicas venas abiertas. Marcela Obando es maestra y Cristina Coronel es enfermera y técnica anestesista. Junto a Susana Guillermaz son las tres que sufrieron las heridas mas graves. Tres mujeres trabajadoras y solidarias. Sintieron literalmente que les pasaron por encima. Sintieron dolores terribles y pánico. Y hoy sienten mucha bronca porque la causa contra Daniel Varizat entró en suspenso por una leve desprolijidad judicial. La Cámara en lo Criminal tenía que convocar al juicio oral pero devolvió el expediente al juzgado de primera instancia. Los dolores y las angustias siguen en Santa Cruz. La impunidad también. Daniel Varizat, el amigo de Kirchner, se llevó por delante mucho mas que a 24 personas. Fue un verdadero atropello en el más amplio sentido de la palabra. Un atropello a la dignidad humana y ahora un atropello a la justicia.

Hay una víctima llamada Susana que sigue sufriendo las secuelas de aquella noche nefasta de hace un año. Y un victimario llamado Varizat que camina en libertad por las calles de Buenos Aires mientras la justicia sigue llegando tarde a donde nunca pasa nada.

Anoche, hubo una marcha de antorchas reclamando juicio y castigo. Estaban los trabajadores y el obispo Juan Carlos Romanín que pidió que no haya un solo herido más en la Argentina.

Esta historia demuestra que se pueden construir dos tipos de Argentina: La de las victimas por reclamar lo que les corresponde y la de los poderosos victimarios que ejecutan con impunidad.

Los juegos infantiles ya lo anticipaban cantando: piden pan, no les dan. Piden queso, les cortan el pescuezo.

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