El secretario general del Centro de Empleados de Comercio, Daniel Rivarola, cuestionó con firmeza el proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno nacional , calificándolo como “un retroceso peligroso”. En esta misma línea, advirtió que varias de sus medidas “son inaplicables” en comercios pequeños y podrían profundizar la vulnerabilidad de los empleados.
Rivarola señaló que, si bien el texto oficial “tiene títulos que suenan bien”, su implementación real genera serias dudas. Entre los puntos más críticos mencionó el banco de horas, “¿quién lo controla en un kiosco con un solo empleado?”, planteó. El pago de indemnizaciones en 12 cuotas para PyMEs, la ampliación del período de prueba y los cambios en los procesos judiciales laborales que, según dijo, limitarían reclamos legítimos.
Asimismo, cuestionó la flexibilización de vacaciones y los acuerdos individuales entre empleadores y trabajadores. Según el secretario general del CEC, estos mecanismos podrían funcionar en grandes empresas, Sin embargo, resaltó que “en el comercio chico solo aumentan la vulneración del trabajador”.
Rivarola sintetizó su postura con una advertencia: “Hay leyes que se votan para complacer sectores y después son imposibles de aplicar”. Para el dirigente, la reforma abre un escenario incierto y desfavorable para quienes dependen de la protección laboral para sostener sus derechos.
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