La posible designación de Fernando Iglesias como embajador argentino ante la Unión Europea generó ruido. Clarín publicó que el gobierno evalúa enviar al Senador al placet del diputado del PRO para ocupar un cargo muy relevante que está acéfalo desde la salida de Atilio Berardo en junio del año pasado.
El legislador, promotor del acuerdo Mercosur-UE, no tiene formación diplomática y su plácet podría demorar hasta tres meses. El Gobierno evalúa enviarlo en comisión mientras espera la aprobación del nuevo Congreso.
Sin embargo, en la diplomacia cayó mal esa posibilidad porque dudan de la capacidad de Iglesias para llevar a adelante una tarea diplomática tan relevante. «No es un país de menor importancia como cuando nombraron a Miguel Del Sel en Panamá. En estos destinos tenes que mandar a un diplomático o un político preparado», afirma un diplomático.
Pero el que salió con más fuerza a repudiar esta posibilidad es el gobierno de Tierra del Fuego a través del Secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales, Andres Dachary.
El funcionario fueguino dijo que el eventual nombramiento «constituye una profunda preocupación para nuestra provincia y para todos aquellos que creemos en una política exterior seria, coherente y comprometida con la defensa del interés nacional».
El texto publicado en X plantea que «la Unión Europea no es un destino diplomático cualquiera: se trata de un ámbito estratégico, donde en 2023 la Cumbre CELAC-UE reconoció por primera vez en la historia la posición regional latinoamericana sobre la Cuestión Malvinas».
En esa línea, afirma que «nombrar a una persona que ha sostenido públicamente la necesidad de reconocer un supuesto «derecho de libre determinación» de los actuales habitantes de las Islas Malvinas -una postura abiertamente contraria a la Constitución Nacional – implica un acto de irresponsabilidad institucional». “No solo atenta contra la soberanía argentina y la memoria de nuestros caídos y Veteranos de Guerra de Malvinas, sino que sirve de hecho a los intereses coloniales británicos en el Atlántico Sur”, añade Dachary.
«Fernando Iglesias ha sido sistemáticamente crítico de la posición nacional sobre la Cuestión Malvinas, llegando incluso a negar la soberanía argentina sobre la Patagonia al momento de la usurpación británica de 1833, una afirmación que revela una ignorancia supina en materia de derecho internacional y de la propia historia del Imperio Español en América, cuyo legado jurídico y político fue la base misma del territorio heredado por las Provincias Unidas del Río de la Plata«.
Dachary continúa y remarca que «el problema es aún más grave. Fernando Iglesias ha sido sistemáticamente crítico de la posición nacional sobre la Cuestión Malvinas, llegando incluso a negar la soberanía argentina sobre la Patagonia al momento de la usurpación británica de 1833, una afirmación que revela una ignorancia supina en materia de derecho internacional y de la propia historia del Imperio Español en América, cuyo legado jurídico y político fue la base misma del territorio heredado por las Provincias Unidas del Río de la Plata».
El funcionario concluye: «Resulta inaceptable que un cargo de tal trascendencia se utilice como recompensa política o salida laboral para un funcionario sin destino en diciembre, cuando lo que está en juego es la representación de la Argentina ante uno de los principales bloques del mundo».
«Desde Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur confiamos en que el nuevo canciller Pablo Quirno reconsiderará esta decisión a la luz de estos hechos de público conocimiento. Argentina necesita una política exterior seria, no improvisaciones ni designaciones que comprometen la defensa de su integridad territorial», cerró el funcionario fueguino.

Antecedentes que condenan a Iglesias
En febrero de 2012, un grupo de diecisiete autopercibidos intelectuales y periodistas presentó un documento sobre Malvinas, generando en aquel momento una polémica. Entre ellos se encontraba el ahora pretendido embajador argentino ante la Unión Europea, Fernando Iglesias.
El documento constaba de una carilla e iba a ser presentado en una conferencia de prensa que debió cancelarse por la situación del momento. Sin embargo, se dio a difusión por varios canales distintos.
Suscribían el texto los académicos Beatriz Sarlo, Juan José Sebreli, Emilio de Ipola, Santiago Kovadloff, Roberto Gargarella, Marcos Novaro, Vicente Palermo, Luis Alberto Romero, Hilda Sabato, Daniel Sabsay y José Miguel Onaindia, junto con el cineasta Rafael Filippelli, el ex director del Bafici Eduardo Antín “Quintín”, los periodistas José Eliaschev (Perfil), Gustavo Noriega (revista El Amante) y Jorge Lanata (Grupo Clarín), además del citado diputado por la Coalición Cívica y ex profesor de voley Fernando Iglesias.

Entre otras cosas, planteaban que Argentina abdique de su intención de “imponer la soberanía” a los malvinenses. Recibieron críticas desde el kirchnerismo, pero también de algunos partidos opositores de aquella época, como el Socialismo y la Coalición Cívica.
En el documento, titulado “Malvinas: una visión alternativa”, se llamaba a “abdicar de la intención de imponerles (a los isleños) una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean”. “Es necesario poner fin hoy a la contradictoria exigencia del gobierno argentino de abrir una negociación bilateral que incluya el tema de la soberanía al mismo tiempo que se anuncia que la soberanía argentina es innegociable”, señalaban en el texto que, como era de esperar, trajo polémica. “Ni el más colonialista de los ingleses se atrevería a escribir un documento como éste”, sostuvo el senador Daniel Filmus, (citado por Página 12) quien consideró que “buscan que se reforme la Constitución”.
En ubn criuce de opinión en Twitter (ahora red X) el exauditor porteño Eduardo Epszteyn le recordó a Iglesias que “lo que plantean en el documento contradice una cláusula de la reformada Constitución Nacional”. Iglesias respondió entonces que “inconstitucional es esa cláusula”.
“Iglesias habla por él. Es absolutamente irrespetuosa de todos los reclamos de soberanía que ha venido realizando la Argentina. No tiene absolutamente nada que ver con la posición del partido”, advirtió entonces el diputado de la CC-ARI Carlos Comi, seguidor de Elisa Carrió, como Iglesias..
En ese mismo año 2012, Fernando Iglesias publicó un libro de su autoría titulado “La cuesión Malvinas”, en el que hace una extensa y firme defensa de la libre determinación de los kelpers y cuestiona el reclamo soberano de “los descendientes de europeos llegados mayoritariamente en el siglo XX a territorios que, antes de la Conquista, habían sido por siglos posesión de pueblos aborígenes”. En junio de aquel año logró ser entrevistado en México por la cadena probritánica CNN para reafirmar su postura en defensa de la postura inglesa.

Siguiendo con la difusión de su postura sobre Malvinas, en diálogo con el periodista Gustavo Sylvestre Iglesias relativizó el sentimiento nacional que implica la soberanía sobre Malvinas para los argentinos al decir: «en 1982 también fue un sentimiento nacional. Yo creo que hay mucha gente que no piensa eso, y aunque seamos una minoría, tenemos derecho a expresar nuestra opinión. Nosotros decimos esto, independientemente de la posición que tengamos con el gobierno. De hecho hay muchas personas mucho más cercanas al Gobierno de lo que estoy yo, y sin embargo coinciden en esta posición sobre Malvinas».
«No veo cómo, un país fundado por un grupo de españoles que decidió no depender más de España, puede imponerle a un grupo de 3.000 personas, cuyos ancestros están ahí desde hace 180 años, un gobierno, una ciudadanía y una soberanía que no desean», concluyó el diálogo quien ahora debería defender ante la Unión Europea el legítimo reclamo de soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas.
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(www.radiofueguina.com, con información de La Política Online, Clarín, Página 12 y citas de X.)
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