El programa donará ropa fabricada por los estudiantes para perros en situación de calle y se enmarca en un enfoque educativo integral que incluye educación en género y resguardo de la infancia.
“Estamos muy feliz con todo lo que hemos pensado con los chicos”, afirma Andrea Virginia Ríos, docente de Educación Tecnológica del Colegio Alicia Moreau de Justo, y esa satisfacción sirve como punto de partida para entender un proyecto que vincula aprendizaje práctico con responsabilidad social.
La profesora explica que el equipo escolar venía trabajando desde principio de año con diferentes contenidos y que para cerrar el ciclo se propuso un proyecto que respondiera a una necesidad de la comunidad.
“Empezamos con una lluvia de ideas y entre todo eso salió el tema de los perros en situación de calle y del ambiente que tenemos en Río Grande”, continúa la docente, quien detalla que la iniciativa buscó abordar el frío y el abandono a través de una acción manual y respetuosa con el entorno.
“Ahí salió el tema de crear ropa para los perros” dice, “porque tenía que ser un trabajo que ellos lo pudieran hacer de manera manual y que también pasara en el medio ambiente”
Lo que siguió fue un proceso de aprendizaje práctico: “Lo primero que hicimos fue buscar el molde” explica Ríos, “yo les expliqué cuál era la técnica, cómo teníamos que armar el diseño de la ropa y después fuimos a buscar lo que eran los materiales” y subraya el papel de la familia y la comunidad educativa en la donación de prendas en desuso que estaban desgastadas o rotas y que debían ser seleccionadas para poder cortarlas.
Los alumnos se organizaron en grupos para colocar moldes con alfileres, cortar y armar, mientras la docente pasaba la máquina; “hubo alumnas que quisieron aprender a coser, así que pudimos avanzar en eso; algunos también cosieron y el resto lo hice yo a máquina” detalla.
Al cierre, alcanzaron siete abrigos para perros en talles medianos, con la meta de cubrir tres talles más pequeños y grandes, aunque el tiempo no permitió completar la entrega
Además del componente técnico, el proyecto integró Educación Sexual Integral a través del docente Isaías Flores para trabajar estereotipos de género en un grupo mixto de alumnos; “trabajamos los estereotipos de género porque tenemos varones y niñas en el aula; para que ellos vean que el trabajo no tiene un género” enfatiza Ríos.
El resultado, según la profesora, fue enriquecedor: la experiencia dejó a las familias como receptoras de una herramienta útil para el hogar y para el trabajo, y a los estudiantes con una habilidad tangible que pueden aplicar fuera del colegio
La docente concluye que la finalidad es que todo lo aprendido en la escuela sirva para la vida y que los alumnos se preparen para afrontar necesidades reales sin perder el sentido práctico de su formación.
Comentarios