La madre de los hijos de Alberto Scariot, fallecido tras un violento ataque en el barrio los Cisnes, reclama una condena ejemplar y analiza el posible endurecimiento de la imputación contra el principal detenido.
“La verdad que nos encontramos destrozados toda la familia y lo que estamos pidiendo es justicia, una condena ejemplar, queremos perpetua, no queremos ningun atenuante que le pueda bajar la pena a este asesino”, afirma Velázquez.
Con el avance de la investigación, el costo de la defensa y la participación de la víctima en el proceso ocupan parte de la conversación. “¨Por el momento no tenemos abogado solo está el fiscal a cargo de la causa el fiscal Pino”, señala, describiendo la situación procesal de la familia y su interlocución con las autoridades.
La coordinación entre fiscalía y defensa también aparece como un tema central. “Hablamos con el secretario del fiscal y nos dijo que estaban trabajando fuerte y que estuvieron trabajando el fin de semana y tenían bastantes pruebas”, comenta, destacando la expectativa por nuevas evidencias.
“El imputado amplió su indagatoria y me informó un poco el secretario del fiscal” comparte, dando cuenta de los cambios que impactan la lectura del caso.
La madre expresa su visión sobre la versión de los hechos y las inconsistencias que observa. “La verdad que nos parece inhumano de su parte que diga que solamente se acuerda de un puntazo y de los otros, y no de los otros 33 restantes, y ni siquiera de los otros dos infringidos hacia mi hijo”, afirma.
Velázquez no duda en señalar diferencias entre relatos, poniendo en relieve la necesidad de una reconstrucción precisa. “Obviamente hablé con mi hijo y la versión de mi hijo tiene cosas en común pero tiene bastantes diferencias, porque en su relato en su indagatoria el asesino dice que llegó al domicilio junto con Scariot y eso es una mentira, llegó solo y el ingreso después y decidió asesinar”, expone.
La acusación de intención aparece como elemento decisivo. “No tengo duda que él tenía toda la intención de agredir Alberto”, sostiene, dejando claro que, para la madre, el ataque fue premeditado.
La secuencia de entrada al domicilio también es tema de debate. “Al momento de ingresar el relato de mi hijo es que él ya ingresa y automáticamente agarra un cuchillo y está decidido a asesinar, no es que ingresó a increpar o a tener una discusión o a una pelea de manos limpias digamos, sino que inmediatamente agarró un cuchillo”, detalla.
La intervención del hijo, con su testimonio, añade tensión al caso. “Sé de una pelea que tuvieron en otro lugar pero Alberto llegó solo a la casa y él llegó una hora después, mi hijo estaba ahí y fue testigo”, dice, compartiendo un testimonio clave de la escena.
El estado emocional de la familia también emerge en la conversación. “Mi hijo en el momento en que logra intervenir recibe dos heridas”, comenta Velázquez.
La evolución del estado de salud del hijo es otro detalle relevante. “Ahora está fuera de peligro desde el día siguiente que le dieron de alta, pero le hicieron 10 puntos de sutura y está en casa, y obviamente shockeado y golpeado por todo lo que vio y lo que vivió”, relata.
La cronología de declaraciones del menor y la autopercepción de la familia ante la investigación se cruzan en la conversación. “Mi hijo fue citado a declarar pero todavía su papá estaba vivo, él declaró el miércoles a la mañana y su papá falleció a las 12:30,” agrega, contextualizando la complejidad temporal del caso debido al cambio de carátula luego de la muerte del agredido.
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