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"Chicos que crecen"

Guadalupe Noriega, vida y vocación conjugando el derecho y la fe

((La 97)) Radio Fueguina ofrece una ventana directa a la vida de Guadalupe Noriega, abogada y pastora nacida en Río Grande, en el segmento “Chicos que crecen” del programa «Un gran día».

Nacida en Río Grande el 16 de diciembre Guadalupe Noriega completó sus estudios en la escuela número 32 de Prefectura Naval y luego la secundaria pasó por el CIERG. Más tarde ingresó a la UCES y se recibió de abogada en 2011.

En el segmento “Chicos que crecen” dentro del programa “Un gran día” de ((La 97)) Radio Fueguina explicó su trayectoria y las piezas que hoy definen su vida profesional y personal.

“Nací acá en Río Grande el 6 de diciembre y fui a la escuela número 32,ahí empecé la primaria, mis papás viven acá en Chacra II, soy de la zona, después pasé a la UCES y ahí es donde estudié y ahí es donde me recibí de abogada en el año 2011.”

Actualmente ejerce junto a una colega y amiga, compartiendo labores y aprendizajes en el camino profesional. A la vez, cumple la vocación de pastora, un rumbo que definió como una revelación tras su formación jurídica.

“Yo me recibí de abogada y luego llegó una vocación que no esperaba”, señaló, destacando que esa vocación no surgió de inmediato, sino que se fue revelando con el tiempo y la experiencia.

Guadalupe recuerda su infancia en la congregación y cómo la iglesia ha sido un eje en cada etapa. “Yo empecé con mi mamá a los 6 años asistir ahí crecí y viví mi adolescencia, mi juventud y creo que la iglesia cumple un rol importante en todas las etapas de tu vida”, expresó, enfatizando que la vida familiar y la labor pastoral están entrelazadas.

A su vez, relató que se enamoró joven y que su relación con su pareja, el hijo del pastor, floreció desde la adolescencia en un marco de amistad y afecto que se consolidó con el tiempo.

Sobre su vida familiar indicó que tiene tres hijos, Salvador de 12 años, y Timoteo de 3, con una dinámica paralela en lo laboral, que combina el deber legal y las responsabilidades pastorales, aclarando que los roles de madre y profesional requieren una gestión del tiempo cuidadosa y constante.

“Conjugar el derecho con la adoración son desafíos donde uno tiene que administrarse en tiempo”, indicó, destacando que el trabajo en equipo y la colaboración son esenciales para sostener la labor de la iglesia y la asesoría jurídica.

Para la abogada y pastora, la vocación es un llamado constante que trasciende fines de semana o momentos puntuales. “Si se trata de una vocación esa vocación no duerme ni se detiene los fines de semana”, afirmó, enfatizando que su compromiso crece día a día con cada persona que atiende y acompaña.

Guadalupe comentó que la balanza entre la práctica legal y la vocación pastoral puede inclinarse hacia este último en ciertos momentos, pero no se trata de una decisión inmediata. “En algún punto sí nos inclinamos más por el pastorado”, concluyó al incluir a su pareja, dejando entrever una visión de continuidad y evolución en su carrera.

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