El próximo lunes 17 de noviembre, en el Museo “Virginia Choquintel”, la Comisión de Presupuesto del Concejo Deliberante de Río Grande, presidida por el edil Maximiliano Ybars, iniciará el minucioso examen del proyecto de Presupuesto Municipal para 2026.
El calendario de exposiciones, que se extenderá hasta el jueves 20, involucrará a todas las secretarías del Ejecutivo municipal que lidera Martín Perez, comenzando con Finanzas y Gobierno.
Este proceso legislativo se desarrolla en un contexto financiero crítico, caracterizado por una severa restricción de fondos debido a los recortes en la coparticipación nacional y a una compleja relación con la provincia, lo que impone una planificación de extrema cautela.
Navegar en aguas turbulentas
El oficialismo, a través de sus concejales, defiende la solidez del proyecto presentado. Jonatan Bogado (Provincia Grande) lo calificó como “financieramente robusto” y “equilibrado”, ajustado a las necesidades prioritarias de la ciudad. No anticipa grandes obstáculos para su aprobación, aunque es categórico respecto a una consecuencia inevitable: “La merma de la coparticipación (…) va a ver afectada la capacidad de realización de obra pública”.
Esta restricción fuerza una reevaluación de prioridades, donde el acento se pondrá en el sostenimiento de los servicios municipales básicos, la asistencia social y la salud.
Esta visión es compartida por su par de bloque, Alejandra Arce, quien definió al presupuesto como un instrumento para “consolidar las acciones” actuales del Municipio. Arce enumeró las tres prioridades claras: salud pública, inversión social ante la creciente demanda, y mantenimiento de seguridad vial y espacios públicos.
Subrayó que este esquema responde a la falta de acompañamiento de otros niveles de gobierno, lo que obliga a concentrar los esfuerzos en sostener lo existente, como el transporte público y la recolección de residuos.
Debate político con incógnitas
Si bien el oficialismo confía en una aprobación sin mayores contratiempos, el proceso no estará exento de debate.
Las bancadas opositoras, con voces como las de Lucía Rossi y Federico Runin, ya han expresado posturas críticas que seguramente harán oír durante las reuniones.
La incógnita reside en concejales como Florencia Vargas, de quien se espera un saludable análisis más técnico que político, lo que podría añadir capas de profundidad al escrutinio de las cuentas.
El contexto es ineludible: la obra pública se ha reducido a límites extremos para no descuidar la acción social, un área que, según testimonios de, por ejemplo, comedores escolares, es cada vez más demandante.
Así, en un clima de reconocida dificultad pero con expectativa en la gestión de los escasos recursos, el lunes comenzará una discusión crucial que definirá el rumbo de Río Grande para 2026, partiendo de la exposición del secretario de Gobierno del Municipio, Gastón Díaz, y su equipo.
Como sea, y más allá de una discusión que siempre es bienvenida, la Ciudad de Río Grande se apresta a tener una vez más un presupuesto aprobado, a diferencia de Ushuaia y el ámbito provincial donde el silencio y la falta de acción dominan la escena y todo apunta a transitar un 2026 con presupuestos reconducidos, la peor forma de entender la transparencia en el manejo de los fondos públicos.
Comentarios