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Chicos Que Crecen

Agustina Ascar, y las puertas abiertas de las Ciencias Políticas

((La 97)) Radio Fueguina entrevista a Agustina Ascar, Licenciada en Ciencia Política, en el segmento “Chicos que crecen”, para explorar su perfil, trayectoria y el impacto de su formación académica.

Agustina Ascar, joven licenciada en Ciencias Políticas, conversa sobre su origen, su formación y el camino que la llevó a convertirse en una de las primeras profesionales de su familia en obtener ese título.

En el segmento “Chicos que crecen” del programa “Un gran día”, que se emite por ((La 97)) Radio Fueguina, la oyente descubre una historia de perseverancia, curiosidad intelectual y un deseo claro de aportar desde la política.

“Tengo 23 años, me recibí y estoy muy contenta de ser una de las primeras licenciadas de mi familia.” Esa frase resume la emoción contenida en cada kilómetro recorrido desde su infancia en Río Grande hacia la UBA.

La entrevista, que se enmarca en un recorrido de formación y descubrimiento, permite entender cómo una joven decidió enfrentarse a un trayecto académico que, para muchos, implica dilemas y renuncias.

Ascar recuerda que “ahora se termina esta etapa pero el camino sigue, soy una persona joven y todavía me queda demasiado por delante.”

Su optimismo es el hilo conductor de la charla, que alterna anécdotas y metas con una mirada realista sobre los desafíos que implica estudiar Ciencias Políticas en una universidad pública como la UBA.

La historia educativa de Ascar comienza en 2020, en plena pandemia. Ella lo recuerda con claridad: “Yo la empecé a la carrera en 2020 en plena pandemia, así que en cinco años y medio me recibí, en junio pasado.”

Su relato subraya la resistencia ante la incertidumbre y el esfuerzo de mantenerse en el camino, a la vez que resalta la importancia de la flexibilidad para adaptarse a una educación que se transformó con las cuarentenas y las clases a distancia.

La mudanza y la decisión de regresar al lugar de origen son otros hitos que la entrevista pone en relieve. “Estoy recién repatriada a Río Grande; llegué hace diez días acá a Río Grande, y decidida a quedarme en la ciudad donde nací para construir y seguir mi carrera acá.”

El regreso no es solo un paso geográfico; es una afirmación de identidad profesional y personal, un compromiso con la región que la vio nacer y que ahora la recibe para ampliar su aporte en el ámbito local.

El trayecto continúa con la experiencia de la pandemia y la búsqueda de un equilibrio entre la formación académica y la vida personal. “Arranqué a distancia por el tema de pandemia, pero ya en 2022 me mudé a Capital, me recibí, cumplí mi etapa, mi proyecto, mi objetivo allá y volví para acá para poder seguir mi carrera, mi profesión, en el lugar donde nací y el lugar donde me apasiona realmente y me inspira a trabajar y a seguir.”

Este pasaje evidencia una dinámica de movilidad, aprendizaje y devolución: un movimiento que no solo forja una profesional, sino también una ciudadana atenta a las realidades y necesidades de su entorno.

La curiosidad es otra característica destacada en su relato. “La verdad me gusta estudiar, es algo que me apasiona el saber y de hecho por eso también me termina costando elegir la carrera, porque me gusta saber de todo.”

Esa sed de saber, que la llevó a elegir Ciencias Políticas de forma casi natural, se ve reforzada por un enfoque práctico: entender la política desde una óptica amplia, acompañada por el deseo de comprender las relaciones internacionales y el papel de la educación pública en una ciudad diversa.

La experiencia universitaria pública y el desarraigo que a veces acompaña a quienes estudian lejos de casa emergen como lecciones de vida en su relato. “No solamente es lo que uno va a estudiar como plan de estudio, sino que está en un contexto de la educación pública de la UBA, en una ciudad tan grande, con tantas diferencias en el día a día.”

En esa frase se sintetiza la idea de que la formación no es solo académica, sino también humana: aprender a convivir con la diversidad, gestionar el costo emocional de vivir lejos de la familia y convertir esa experiencia en una fortaleza profesional.

En su familia encontró un sostén constante. “Mi padre es carpintero y mi madre es ama de casa y siempre apoyando el proyecto desde los inicios.”

El esfuerzo colectivo, el sacrificio compartido y el apoyo incondicional se erigen como la base de su historia de éxito. Aun cuando la distancia fue un reto, el respaldo familiar se mantuvo como un motor para perseverar y seguir adelante con sus sueños.

Ascar, que es hija única, cierra la entrevista con una nota de gratitud y una mirada al futuro: la educación, la política y la vida pública siguen siendo su horizonte.

Su historia, vista desde la cercanía de Río Grande y la experiencia de la capital, invita a leer la ciencia política no solo como una disciplina, sino como una ruta personal y social para comprender y transformar el mundo que la rodea.

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