Alejandra Aguilera, médica epidemióloga de la Dirección de Epidemiología e Información en Salud de la provincia, entrevistada en Un gran día de ((La 9)) Radio Fueguina, aporta las precisiones para contextualizar el brote.
En Ushuaia y Río Grande la circulación de tos convulsiva se mantiene y el registro total alcanza 90 casos confirmados entre laboratorio y nexo, según datos oficiales.
Se está viendo todavía la presencia de casos en Ushuaia, estamos teniendo un caso positivo cada uno o dos días y en Río Grande hemos tenido un aumento de nueve casos que teníamos a 12 casos que tenemos ahora.
Aguilera subraya que este balance demuestra que la enfermedad continúa circulando y que la respuesta sanitaria debe mantenerse constante para evitar la expansión.
Es peligroso porque es una enfermedad que se previene con vacunas y no debería generar un brote. Por suerte Tierra del Fuego tiene una muy buena cobertura y se están registrando casos en personas vacunadas, especialmente entre adultos, lo que refuerza la necesidad de mantener actualizados los calendarios de vacunación en todos los grupos etarios para reducir complicaciones y contagios.
“Se ve fuera de lo que se ve habitualmente; nosotros tuvimos el primer brote en 2006, luego 2011 y se han registrado casos dispersos en el tiempo que no significaron un brote”, expuso la profesional.
Aguilera recuerda que las medidas implementadas en esa época permitieron contener la transmisión y evitar un brote mayor, subrayando la importancia de la vigilancia permanente.
“Tenemos 90 casos confirmados entre laboratorio y nexo, 90 en total. En comparación con grandes ciudades como la Provincia de Buenos Aires o la ciudad de Buenos Aires, donde también hay brotes, la diferencia es que aquí no hay ocupación de camas por coqueluche y no se han registrado fallecidos”, mencionó la especialista.
Este contexto destacó un logro de la salud pública provincial en la gestión del brote sin colapsar el sistema hospitalario.
La tos convulsiva se contagia con facilidad por gotas al toser o estornudar. Es una tos seca de alta frecuencia que puede dificultar la respiración, especialmente en bebés.
“El principal riesgo es para menores de un año y lactantes, ya que la falta de aire puede provocar hipoxemia con convulsiones y complicaciones como bronconeumonías y neumonías que pueden ser fatales”, señaló Aguilera.
Se pide a la población que controle los esquemas de vacunas, ya que es una enfermedad inmunoprevenible y prevenible con la vacuna si se mantiene al día.
Además, se recomiendan lavado frecuente de manos, cuidados al estornudar o toser, ventilación de ambientes y mantener estas prácticas durante la temporada de enfermedades respiratorias.
Una buena higiene y la vigilancia de signos de alarma son claves para proteger a los grupos más vulnerables y reducir la transmisión.
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