En el marco del mes de concientización sobre el cáncer, la Dra. Fanny Urquizo Cereceda compartió su experiencia personal al enfrentar la enfermedad, destacando la importancia de los controles preventivos y la actitud proactiva. Su relato, transmitido con serenidad y convicción, constituye un ejemplo de cómo la fortaleza interior y el enfoque en el cuidado de los demás pueden ser pilares fundamentales durante el tratamiento.
“Yo hace muchos años tengo patología mamaria. Desde el 2008-2009 me estoy controlando”, explicó la profesional en ((La 97)) Radio Fueguina, detallando el seguimiento constante de su salud. Ese monitoreo permitió la detección temprana. “Me llegó la información de que la muestra que me habían sacado era un tumor, era un cáncer y dije ‘bueno, listo, es un tumor’, es pequeño porque cuando uno se controla las cosas las encuentra con tiempo y tenemos tiempo de hacer cosas”.
Con notable entereza, decidió afrontar la noticia en silencio para no preocupar a su familia durante las vacaciones: “No les quería arruinar las vacaciones. No le dije nada ni a mi marido”.
Al profundizar en el proceso, la Dra. Urquizo describió las distintas etapas: “En marzo empecé quimio. Por suerte yo estoy trabajando en un centro oncológico hace más de cinco años ya y el oncólogo que es amigo mío me puso todo el centro a disposición”.
Fanny mantuvo su actividad laboral como una parte esencial de su bienestar. “No dejé de trabajar. No dejé de cuidarme. Yo empecé con la quimio y sabemos bien que la quimio te baja las defensas y te debilita y toda la historia. Mi marido me cuidó espectacularmente bien” resumió.
Es que para ella, el trabajo fue una verdadera terapia: “Yo no tenía tiempo de pensar que necesito un respaldo psicológico, porque me lo ofrecieron. No, yo tengo que atender. Para mí atender me ayuda muchísimo, me despeja, es algo que a mí me gusta y me mantiene la cabeza ocupada”.
Uno de los momentos más difíciles, confesó, fue asumir los efectos físicos del tratamiento: “Cuando me dijeron ‘tenés que hacer quimio’, se me entraron a caer las lágrimas, porque la sola idea de verme sin pelo me angustió mucho más que el saber que tenía un cáncer encima. Para mí mi pelo es mi identidad”. Sin embargo, incluso frente a esto, buscó una solución práctica. “Ubiqué a esta gente de Ushuaia que me facilitaron una peluca, así que yo tenía la peluca antes de que se me caiga el pelo” recordó.
Actualmente, continúa su tratamiento con la misma determinación. “Estoy otra vez con drogas distintas que las del año pasado, pero otra vez estoy con quimio. Pero ya sin enfermedad, aclaremos”.
Su mensaje final es una exhortación a la prevención: “Lo importante es no descuidarse. Control de salud, chequeo anual, no dejarse estar con el tema de los controles ginecológicos, sea papanicolau o mama, más si tienes historia familiar”. Subrayó que “tomar una actitud preventiva” otorga una “mejor expectativa a que me quede quieta esperando”.
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