La profesora Luciana Villanueva, protagonista del segmento “Chicos que crecen” del programa “Un Gran Día” de ((La 97)) Radio Fueguina, compartió su trayectoria educativa y personal, revelando las motivaciones que la llevaron a entregar su vocación a las aulas y a las comunidades escolares de Río Grande.
En una entrevista que combina memoria, oficio y proyectos, Villanueva ofrece una mirada íntima sobre la vida de una maestra que ha acompañado a generaciones de estudiantes desde el dibujo hasta la historia y la gestión educativa.
“Soy maestra de dibujo, profesora de historia y tengo una diplomatura superior en conflictos y políticas de ciencias sociales”, contó la docente, destacando su formación multidisciplinaria y su compromiso con una educación integral que trasciende las materias.

Su relato se enriquece con recuerdos de infancia y de los comienzos de su historia en Río Grande. “Nací Río Grande. En ese momento había una clínica privada, pero mi papá estaba sin trabajo, así que nací en el viejo hospital”, recordó entre risas, evocando con afecto los orígenes que marcaron su identidad.
Villanueva también repasó su paso por distintas instituciones escolares, atravesado por mudanzas familiares y contingencias. “Pasé por varios colegios porque mis papás se mudaban seguido, y antes de eso también me tocó un incendio en el jardín de la Escuela N° 14″, recordó. «Después fui a la Escuela N° 10, luego a la N° 20,c uando recién abría, y más tarde a la N° 21. Finalmente hice la secundaria en mi amado Centro Polivalente de Arte… y ahí sigo”, relató con una sonrisa, reflejando la resiliencia que caracteriza su camino.

Su trayectoria profesional se consolidó en 2004, cuando decidió dedicarse plenamente a la enseñanza. “Desde ese año soy profesora en el Centro Polivalente de Arte. Me recibí un poco antes, y fui la segunda promoción del profesorado del I.S.P.R.G de Río Grande. En esa época muchos se iban de la ciudad, pero las circunstancias económicas no me favorecieron, así que me quedé”, explicó.

“El profesorado lo hice lo hice en 4 años, porque amé la carrera y a medida que avanzó me fue muy bien y siempre quise dar clases”, narró, revelando el impulso personal que la llevó a abrazar la docencia como una vocación de vida.
La docente describe con detalle su visión pedagógica. “Me gustaría ser licenciada en Historia, porque tiene que ver con el trabajo de campo, con herramientas mucho más específicas de la disciplina, acá en la provincia muchos son licenciados en Educación”, reflexionó, anticipando futuros estudios y proyectos que podrían ampliar su impacto educativo.

Entre las vivencias más resonantes, Villanueva destaca la gratificación que llega al ver a estudiantes crecer y recordar con afecto momentos vividos. “Para mí el mejor resultado es cruzarlos en la calle, hombres, mujeres grandes, que te sigan diciendo ‘hola profe’ con cariño, que se acuerden de situaciones cómicas o a veces también de haberlos acompañado en momentos tristes o en momentos cruciales”, describió, subrayando la dimensión afectiva de la docencia y su influencia en la formación de las identidades juveniles.
La docente compartió también su visión sobre el equilibrio entre vida personal y profesional. “Porque la adolescencia es eso, es una montaña rusa de emociones y no todo el mundo a veces tiene ojos para ver eso, para mí la docencia es eso, me ha dado mucho mucho cariño”, concluyó, dejando patente que la labor educativa es, además de técnica, una experiencia.
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