La ciudad de Río Grande enfrenta una persistente problemática de fiestas clandestinas que generan preocupación entre vecinos, autoridades y el ámbito laboral nocturno.
El secretario general del SUTCAPRA, Raúl Bombares, fue entrevistado en el programa “Un gran día” de ((La 97)) Radio Fueguina para exponer las dinámicas actuales del fenómeno y las posibles respuestas institucionales ante la repetición de eventos sin habilitación ni controles.
“La problemática sigue, no ha mejorado para nada -sostuvo el gremialista-; me refiero a los hechos de violencia los fines de semana en toda la provincia, las fiestas clandestinas, todo esto no ha cesado”, expresó Bombares
“Nosotros hemos intentado en su momento hablar con los concejales de Río Grande a través de notas y hemos tenido una respuesta del bloque FORJA, donde hemos planteado la necesidad de trabajar en algún sentido con los concejales”, ”, señala el dirigente gremial para contextualizar la situación y las gestiones que se han intentado desde la representación laboral.
“Entendemos que hay una franja de 17 años que no tiene lugar a donde asistir los fines de semana y se meten en la boca del lobo, en la fiestas clandestinas, en galpones, en chacras, en ranchos a veces hasta sin luz y sin gas, en la Margen Sur y en chacras que no tienen justamente los servicios básicos”, añadió.
La financiación y la masividad de estos encuentros también forman parte del diagnóstico. “Las entradas se cobran porque asi se hace una clandestina, si no sé cobra entrada no habría negocio y la bebida la lleva cada uno, y a veces también tienen barras con vinos”.
La magnitud de las reuniones es destacada por Bombares, que señala la presencia de un flujo de asistentes y la falta de contención. “Hay lugares que reciben a 100 personas, 50 personas, como no hay nadie que controle lo que entren”, indica para mostrar la escala y la fragilidad de los mecanismos de control.
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