Desde sus primeros años en el jardín hasta el sueño de ejercer como legisladora, la historia de Agustina Andrade refleja un recorrido de formación constante, esfuerzo y compromiso con la comunidad. En «Chicos que Crecen» de esta edición, presentamos a la abogada recibida en UCES, que comentó su historia académica en ((La 97)) Radio Fueguina.
“Empecé en el jardín ‘Raíces y Alas’, el N.º 16. Era un espacio muy bonito porque era tan chiquito que compartía con mis primos, que iban a otras salas. Era un ambiente muy familiar, y eso hizo que disfrutara mucho esa etapa, de los 3 a los 5 años”, recuerda con afecto, evocando los cimientos de su infancia y la influencia del entorno en la construcción de su proyecto de vida.
Luego continuó sus estudios en la Escuela Modelo de Educación Integral (EMEI), donde cursó tanto la primaria como la secundaria. “A la mañana, cuando iba al secundario, recuerdo que escuchaba ((La 97)) con mi papá. Esas rutinas marcan mucho, porque la familia y los medios también te forman”, comenta.

Su historia familiar está profundamente ligada a los orígenes de la ciudad. “Mi familia llegó a Río Grande en 1947 por el lado paterno, y mis abuelos maternos lo hicieron en el ’56 y ’57”, detalla, subrayando sus raíces fueguinas.
Durante la secundaria, su interés por el Derecho comenzó a consolidarse. “Participé en varios programas como los parlamentos juveniles, y ahí tuve mi primer acercamiento a lo que es la construcción de las leyes. Me di cuenta de que el Derecho está presente en todos los aspectos de la vida”, explica.
Ese descubrimiento se transformó en vocación. “En el último año ya lo tenía decidido: quería estudiar Abogacía. A veces pensaba en otras opciones, pero siempre volvía al Derecho”, confiesa.
Agustina valora especialmente los espacios de participación estudiantil. “Esos ámbitos nos ayudan a desenvolvernos, a descubrir qué nos inspira y cuál es nuestra vocación. A mí me sirvieron para crecer mucho, para tener una voz activa”, sostiene.
Su paso a la universidad coincidió con un contexto desafiante. “Egresé de la secundaria a los 18 años, en 2020, justo en pandemia. Apenas terminé, me inscribí en la UCES. Siempre fui muy aplicada: terminé la secundaria con un promedio de 9,78”, cuenta.
Su carrera avanzó sin interrupciones. “Comencé en 2021 y terminé este año, 2025. La carrera dura cuatro años. Tengo 23, estoy trabajando y me gusta mucho lo que hago”, afirma con orgullo.
Dentro del Derecho, encontró su lugar en una especialidad que combina técnica y vocación pública. “Me dedico al Derecho Parlamentario, que me apasiona porque es el inicio de todo: la creación de las leyes y su correcta aplicación”, explica.
El camino no estuvo exento de dificultades. “Como todo proceso, tiene obstáculos. Pero es importante compartirlo con personas que te motivan y te dan aliento. Por suerte tengo una familia muy importante para mí, que me acompañó siempre”, resalta.
También destaca el valor del trabajo en equipo. “Gracias a mis compañeros pude avanzar en la carrera. Hicimos un lindo grupo de estudio y tres de nosotros logramos recibirnos juntos. En la universidad se generan amistades y redes que te impulsan a seguir. Estoy muy agradecida con toda la gente que me ayudó de distintas maneras”, concluye con emoción.
La historia de Agustina Andrade ilumina el valor de la educación, la constancia y el acompañamiento colectivo como pilares para alcanzar metas personales y construir, al mismo tiempo, un compromiso social que trasciende lo individual.
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