La ciudad de Río Grande atraviesa una etapa delicada para el sector gastronómico. Nené Maciel, propietario del restaurante “Lo de Nené”, ofreció a ((La 97)) Radio Fueguina una evaluación detallada de la coyuntura local, en un marco en el que la demanda continúa mostrando signos de debilitamiento y los costos siguen en ascenso.
Su análisis se une a la preocupación de otros actores del rubro que, según coincide, ven una caída sostenida en la actividad y la clientela.
Maciel describe una caída de ventas pronunciada: “está bastante complicado, muy complicado, ha bajado la venta más o menos en un 40% y quizás un poco más también, de lunes a viernes se trabaja muy poco, fines de semana por ahí se activa un poquito, pero hasta las dos primeras semanas porque después se cae la venta”.
El panorama se repite, sostiene, entre sus pares. “En realidad estamos todos Igual me parece que con los compañeros de la misma actividad Me parece que estamos todos iguales porque todos se quejan de la falta de consumo de la gente”.
El comerciante advierte que la caída no es reciente sino prolongada: “Se siente muchísimo este bajón, desde hace varios meses que estamos aguantando, porque no hay consumo, la gente la primera semana más o menos compra, la segunda semana también pero después cae totalmente la venta”.
En su lectura, la situación es una consecuencia de la delicada capacidad de gasto de los hogares. “La gente la primera semana más o menos la segunda semana también pero después cae totalmente la venta” y “todo se mantiene muy caro y todo sigue subiendo a pesar de todo”.
La presión alcanza también a la estructura de costos y a la continuidad de la actividad. “La carne que es nuestra materia prima subió de vuelta, después por ahí se mantienen algunas cosas como las verduras y algo más pero todos los demás productos suben todos”.
En ese marco, la respuesta ha sido reconfigurar horarios para intentar sostener el negocio: “nosotros vemos que el circulante de dinero sea en los primeros 15 días y después cuando empiezan a cerrar las tarjetas de nuevo, hay un poco de consumo los primeros días y ya después baja de nuevo… estamos abriendo hasta los domingos a la noche, que antes no lo hacíamos, así que trabajamos de lunes a lunes para poder bancar el negocio”.
Maicel añade que la demanda se desplaza hacia el mediodía por los menús económicos. “Se trabaja un poco más al mediodía con el tema de los menúes, porque tenemos 10 opciones de menú económico a 8000 pesos 7 eso es lo que más se vende digamos después a la noche cae mucho el consumo viene muy poca gente”.
Y describe un cambio en la frecuencia de visitas: “Antes la gente salía por lo menos más seguido hoy si lo ves a los clientes que los tenemos habituales lo ves una vez al mes nomás en el local”.
El propietario enfatiza que la caída impacta en lo cotidiano de una familia dedicada a la gastronomía. “Empezás a gastar lo que habías ahorrado y por ahí te metes en cuentas y asi sobrevivimos, somos una familia grande nosotros y todos dependemos de esto”. Aun en medio de la adversidad, la familia de la gastronomía continúa. “Tenemos que vivir y tenemos que comer así que estamos aguantando cómo podemos”, remarcó.
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