Rosalía Varela, madre de Agustina, la niña de tres años cuya muerte conmocionó a Río Grande hace 19 años, expresó con crudeza, en ((La 97)) Radio Fueguina, la prolongada batalla judicial que mantiene.
«Hace 19 años seguimos esperando, todavía sin una definición», afirmó. Sin embargo, una luz de esperanza se vislumbra: «A fines de octubre el Superior Tribunal de Justicia tiene que dictar una sentencia porque ya está formado un tribunal y si Dios quiere esto ya podríamos estar en una instancia final».
Este camino ha estado marcado por idas y vueltas. Tras una primera absolución del imputado, Lucas Gómez, «lo que hicimos fue apelar». Un segundo juicio también absolvió a Gómez, hasta que «en 2017 lo condenan a 15 años». Pero esa condena nunca se cumplió porque la defensa apeló.
El recurso llegó a la Corte Suprema de la Nación, que derivó la resolución al Superior Tribunal de Justicia provincial. «Desde esa fecha hoy todavía seguimos esperando. No la respondían. Desde el 2022 estaba cajoneado eso, increíble, hace 19 años que venimos esperando. Es una locura» relató con angustia.
Para Rosalía, el sistema judicial resulta «macabro. Nosotros como familia no solo tenemos que esperar. Yo como mamá te revictimiza. Tuve que pasar por dos juicios, apelaciones. Estoy más presa yo de la justicia que el mismo condenado. Es ilógico».
Sostuvo que «todo está a favor del condenado, del verdugo. Y el sistema es cómplice de eso también». Y se preguntó: «¿Cuántas oportunidades va a tener un tipo que mató a una nena de tres años?… 19 años, tenía tres añitos Agustina, no tiene una cabeza esto. Yo no entiendo a los jueces basarse en tantos tecnicismos y darles tantas oportunidades a este tipo, ya es inadmisible».
La próxima instancia, el 30 de octubre, definirá si se aprueba o rechaza el recurso de casación de la defensa. «A mí me parece ya que no tiene fin esto, parece un cuento chino» insistió.
Frente a la inacción, Rosalía relató cómo el apoyo surgió de la gente común, y no de las instituciones. «Ninguno nos acompañó, lo tengo que decir claramente… Fuimos replicando a personas que empatizan con este pedido de justicia».
Reconoció el valor de la campaña «Justicia por Agustina» y la llegada a medios nacionales, pero cuestionó la necesidad de esta exposición: «Yo no tengo que salir a pedir justicia, cada uno tiene que hacer su laburo. No puede ser que a los jueces, si uno no los presiona por los medios de comunicación, no hacen nada» denunció claramente.
Finalmente reconoció que encuentra fuerza para seguir adelante en su otra hija, Valentina, quien «fue mi motor», y dejó una reflexión final: «La paz uno la va adquiriendo, es un ejercicio. Pero sí justicia tiene que haber, porque no puede quedar algo sin cerrar».
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