En el día del peluquero cobra especial relevancia la figura de Víctor Lemo, un profesional que ha convertido su oficio en una labor social y educativa. Entrevistado en el programa “Un gran día” de ((La 97)) Radio Fueguina, Lemo aporta una mirada humana y cercana a una profesión que, más allá de cortar cabello, crea apoyos, escucha y oportunidades para personas con TEA y sus familias.
Puntualmente sobre el trabajo de cortarle otra vez el cabello a los chicos que tienen autismo a los chicos con TEA, sostuvo que “la verdad que me gusta mucho, como también me gusta el trabajo social; entonces me involucro mucho, aprendo mucho. Hoy estoy con las madres, trabajando, me pasan la información. Se trabaja con mucha información con los chicos”.
“Los chicos tienen que saber lo que hoy va a pasa, por ejemplo. Si van a viajar se les muestra unas tarjetas que tienen donde les avisan si es un avión; si van al supermercado tiene una tarjetita; y si van a venir a la peluquería de Víctor algunos tienen una foto mía, así como una caricatura, y en función de eso se empieza a trabajar y se coordina la relación y la tarea”, señaló.
El peluquero detalla este uso de pictogramas y fotos para comunicar rutinas y expectativas, una herramienta que facilita la participación de los más pequeños y de quienes requieren apoyos visuales. “Me encanta trabajar con los chicos; lo hago también porque me hace bien. Así que me llena; tengo hijos también.”
Lemo comparte experiencias que van más allá del salón. “He trabajado con una chica que era enfermera; me he presentado y le ha gustado la propuesta. Entonces iba a donde están los internados en el hospital a cortarles el pelo, no en terapia intensiva, pero sí mucha gente que está sola. Que venía de Tolhuin, justament, había ido en la fecha de los enamorados. Entonces fui a hacerle unos presentes para que puedan darle a sus familias.”
En su relato, Lemo recuerda la trayectoria que sostiene su negocio: “En mi local cumplimos 5 años; ya hace poquito y a la vez es bastante, y desde que estoy trabajando ya casi 9 años que estoy entre mi emprendimiento y la enseñanza de barbería.”
La conversación también aborda el contexto regional: “A partir del 2015, más o menos, está de moda aquí en Tierra del Fuego, Argentina, y se hizo un boom; se le da mucho hincapié a esto de lo que es salón para caballero.”
En el panorama actual, la barbería ha evolucionado hacia un salón masculino completo, con servicios que van desde el perfilado de cejas y limpieza facial hasta tratamientos de barba y peinados más elaborados. Lemo observa que el estilo italiano de barba, que resalta el bigote, gana terreno en la actualidad entre quienes buscan una estética definida y, a la vez, adaptable a distintas densidades de vello facial.
El entrevistado también comparte una visión de continuidad y compromiso comunitario: “Hemos hecho trabajo social; hemos cortado en hospitales; hemos trabajado en los salones de usos múltiples del municipio; en los distintos barrios; hemos hecho un trabajo social en la ciudad.”
Entre esos proyectos se mencionó incluso la idea de reciclar cabello, un abanico de iniciativas que buscan generar impacto sostenible.
La vida personal del profesional asoma en su relato: “Mi mamá es modista y mi hermana es estilista; hemos vivido mucho tiempo acá, se fue después a vivir fuera del país y tiene su salón; mi otra hermana también tiene el oficio.” Este trasfondo familiar revela una tradición de oficio que se mantiene viva a través de las generaciones.
La historia de Víctor Lemo ilustra cómo una barbería puede convertirse en un espacio de inclusión, aprendizaje y compromiso social. Más allá de los cortes de cabello, la experiencia en el salón propone un modelo donde la empatía, la planificación y las herramientas visuales permiten a las familias y a los chicos con TEA enfrentarse al día a día con más certeza y bienestar. En un día tan representativo como el Día del Peluquero, estas iniciativas destacan el valor humano que sustenta cada servicio.
Comentarios