El reconocido escritor Oscar “Mingo” Gutierrez presentó una novedosa propuesta cultural y recreativa orientada a fomentar la lectura y la escritura como herramientas de identidad y convivencia. La iniciativa nace en un contexto personal de salud y reflexión sobre el valor de los archivos familiares y el papel de la lectura en la formación de generaciones.
En el marco del programa “Tarde a tarde” de ((La 97)) Radio Fueguina, Gutierrez explicó que la idea surgió ante la necesidad de ordenar su propio material de archivo, que incluye, entre otros, 12 cajas de documentos y publicaciones.
“Esto nació hace algunos días porque estoy desde hace un tiempo con algunos problemas de salud… y uno tiene que aprovechar su recurso humano y comienza a ordenar las cosas,” afirmó el historiador.
A partir de esa experiencia personal, Gutierrez propone convertir el material acumulado en una propuesta de lectura compartida para familiares y amigos, con el objetivo de acercar a más personas a la lectura y a la escritura manual.
La propuesta se estructura como una invitación amplia: dirigida a personas mayores, que ya son padres, abuelos o bisabuelos, para que vuelvan a leer y a comentar textos con sus hijos y nietos.
Gutierrez señala que la idea no se limita a la entrega de libros, sino a crear un espacio de encuentro en el que cada participante pueda apropiarse de las publicaciones y compartirlas en familia.
En su propio testimonio, describe el proceso de seleccionar material infantil y libros que quedaron en casa a lo largo de los años, cuando los hijos se fueron, y que ahora pueden ocupar un lugar central en un proyecto de lectura intergeneracional.
“Hoy por hoy ya son más las personas que se acercan a través de Facebook y de otros medios para leer y comentar,” comentó Gutierrez. “Yo tengo un grupo de gente en Facebook, unas 5000 personas, y las voy invitando a que se acerquen comunicándose por mensaje personal conmigo.”
La iniciativa propone llevarse algo del material disponible, no llevárselo todo, para que cada uno que asista pueda encontrar algo para leer con los más pequeños de su familia.
“Lo que me resultaría placentero para mí es que cada uno que se lleve una publicación por cada hijo por cada nieto encuentre un momento en este mes que suele estar más relacionado con el consumo… para sentarse a leer, para sentarse a escribir a mano,” señaló el autor, destacando que la experiencia de escribir con la mano mantiene vivas ciertas conexiones neuronales y afectivas que la lectura en formato digital no logra.
El proyecto invita a la comunidad a comunicarse con Gutierrez a través de su presencia en Facebook, donde se pueden enviar mensajes para expresar interés. “Si estás interesado, envíame un mensaje y ahí vamos a acordar el momento de entrega,” explicó. Gutierrez suele pasar los días en su casa y está dispuesto a coordinar encuentros para la selección y entrega de los materiales.
Entre las obras y enfoques mencionados por Gutierrez figuran revistas como Genios y Explora, publicaciones de preescolar e infancia, y textos de historia y aprendizaje.
La propuesta no busca competir con la lectura contemporánea, sino complementarla: “pensar que los chicos no leen no es solo un problema de los jóvenes, también es nuestra responsabilidad como adultos,” afirmó, defendiendo la idea de que hay que recuperar hábitos lectores a través del ejemplo y la participación comunitaria.
La iniciativa de Gutierrez se inscribe en una visión cultural que valora la memoria como motor creativo y educativo. Al proponer un mes dedicado a la lectura compartida y al recuerdo escrito, busca generar un espacio en el que las generaciones mayores puedan enseñar a las más jóvenes a valorar el libro impreso y la iniciativa de Gutierrez, en suma, propone un puente entre generaciones que rescata la memoria familiar y la cultura escrita como eje de identidad.
A través de la lectura compartida y la escritura a mano, se busca no solo fomentar el hábito lector, sino también sembrar un sentido de continuidad entre abuelos, padres y niños.
En un mundo cada vez más digital, su propuesta invita a detenerse, abrir cajas de recuerdos y reencontrarse con la riqueza de los textos impresos, para que las nuevas generaciones descubran, junto a los mayores, el valor de una lectura pausada y reflexiva.
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