El intendente de Tolhuin, Daniel Harrington, transformó en relevante acción política su buena relación con su par riograndense Martín Perez y –simultáneamente- su inconformismo con la conducción del presidente del Partido Justicialista, Walter Vuoto.
Harrington confirmó este lunes su acercamiento al partido Provincia Grande, lo que implicaría su desafiliación del PJ que conduce el intendente de Ushuaia.
El anuncio de Harrington, con toda su incidencia en el armado político de cara a las elecciones venideras, no sorprende a los más informados, ya que era sabido su distanciamiento del espacio que Vuoto maneja dentro de un PJ que cada vez se aleja más de la “unidad” pretendida por los cercanos al presidente del partido.
Con Perez mantiene “una afinidad y un diálogo político e institucional muy ameno”, sinceró Harrington, tras reafirmar su disgusto con la gestión partidaria de Vuoto y su adscripción a Provincia Grande.
“Me siento cómodo, me siento tranquilo y con buenas expectativas”, agregó Harrington, al confirmar que “nuestra participación va a ser dentro de ese espacio”.
Respecto de su alejamiento del alicaído PJ provincial, el jefe comunal de Tolhuin explicó que “he dejado claras las diferencias con quien hoy preside el PJ, y eso, por diferentes circunstancias, me aleja y me aleja mucho”. “Creo sinceramente que Martín (Perez), en su mirada política, va encabezando una alternativa a este contexto, y ahí me siento cómodo”, diferenció.
Harrington también se refirió al impacto de la situación económica nacional y el ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei. “Hay un deterioro de varias estructuras donde el Estado tenía participación y hoy se ha corrido. Desde una ruta nacional hasta el recorte en instituciones y servicios”, advirtió. Y remarcó que “no todo tiene que ser motosierra, no todo tiene que ser ajuste. Hay que buscar una alternativa”.
Con Harrington de su lado, Perez no agrega otro refuerzo a la estructura del partido Provincia Grande con el que quiere basar su candidatura a gobernador en 2027, sino que termina de desalentar todo intento de “unidad” al que lo quieren forzar desde Ushuaia los que han sabido ganar bancas al amparo del kirchnerismo y el implacable dedo señalador de candidaturas.
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