El propietario de la estancia Violeta, Sulko Romero, presentó un ambicioso proyecto de salmonicultura para la zona Norte de Tierra del Fuego, diseñado para combinar rentabilidad económica con sostenibilidad ambiental.
Con una trayectoria ligada al desarrollo productivo de la provincia, por ((La 97)) Radio Fueguina Romero explicó los pormenores de su iniciativa, que busca evitar los errores cometidos en Chile, donde la sobreexplotación y la falta de controles generaron graves daños ecológicos.
«El salmón es un pez que se cultiva en jaulas dentro del mar, pero en Chile lo manejaron mal. El límite es 70 kilos por metro cúbico de agua; si te pasás, contaminás el fondo marino con sedimentos y antibióticos», afirmó Romero.
Según detalló, su propuesta consiste en criar salmones en piletones terrestres ubicados en la estancia Las Violetas, cerca de la costa, utilizando un sistema de recirculación de agua marina que garantiza cero impacto ambiental. «El agua se renueva con las mareas, los residuos se tratan en una planta especial y hasta los desechos se convertirán en abono para campo», aseguró.
El proyecto, aún sin nombre tras perderse los originales en un incendio, requeriría una inversión inicial de 3.5 millones de dólares para dos piletones cubiertos con chapas traslúcidas, que mantendrían la temperatura ideal para los peces.
Romero destacó que, además de exportación, parte de la producción se destinaría al consumo local a precios accesibles, junto con truchas de plateado. «Generaría 60 puestos de trabajo directos y sería un paso para diversificar la economía fueguina», subrayó.
Frente a los cuestionamientos de grupos ambientalistas, Romero admitió que el rechazo surge por experiencias negativas como las de Chile, pero insistió en que su modelo es seguro: «Si los controles son estrictos, no hay riesgo. Acá no vamos a repetir esos errores».
También criticó la inacción ante problemas ecológicos urgentes en la provincia, como la enfermedad que afecta a los bosques de lenga: «En 10 años no quedará nada si no actuamos».
Convencido de que la clave está en equilibrar progreso y cuidado ambiental, Sulko Romero confía en obtener apoyo gubernamental. «Necesitamos que nos controlen, pero esto puede ser un antes y después para Tierra del Fuego», concluyó, mientras sigue trabajando en reformular su proyecto, con la esperanza de convertirlo en un ejemplo de producción responsable.
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