En el marco del Día Internacional de la Solidaridad Humana, Betina Agnes, vecina de Río Grande que realiza diversas acciones sociales, rompe el silencio para compartir en el programa “Un gran día”, de ((La 97)) Radio Fueguina, una crónica que late en los barrios.
Sus declaraciones delinean una experiencia cotidiana de ayuda, organizada desde lo cercano: comedores, donaciones y recibimiento de necesidades básicas para familias en situación de vulnerabilidad. Su relato ilumina un concepto simple y esencial: la solidaridad no es abstracción, es acción concreta en la vida de las personas.
“Esto solo no se puede hacer y nosotros estamos en una ciudad que es super solidaria, y eso te da muchas fuerzas y muchas ganas de seguir”, afirmó.
Betina, que se describe a sí misma como una persona creyente, detalló su eje de intervención: donaciones de calzado, prendas de abrigo y otros elementos útiles para niños y familias enteras, pero prácticamente frente a toda necesidad que se le presentó ha logrado ayudar a las familias.
“Yo soy muy creyente y siempre digo que está ahí justo, porque a veces lo que más nos hace falta justamente es el calzado y yo siempre tengo un stock permanente en casa, en uno de los cuartos, separados por talla y por medidas, y a veces cuando hay dos o tres pares de calzado nada má,s encuentro el numerito que me hace falta y me hace sumamente feliz”, explicó.
La vecina agregó que participa de comedores y espacios de la Margen sur y de Chacra IV, y que, en el último tiempo, la demanda de ayuda ha crecido de forma notable. “Es increíble las cosas que te piden; lo más urgente siempre es el calzado, y el calzado para los chicos es una cuestión que lo llevo mucho en el corazón porque pensar que una criatura o un adolescente no tenga es terrible”, afirmó, subrayando la prioridad de lo básico para la vida diaria y la educación.
Betina relató también su labor de apoyo directo a familias: “yo ayudo fuertemente con el comedor Las Familias del barrio Austral, voy a casas de familia donde sé que la situación está bastante compleja, me han pedido inodoros, y he conseguido tres que los ubicas automáticamente, cochecitos hace muy poquito al poner en las redes me acercaron cuatro cochecitos”.
El testimonio de Betina también aborda la dimensión emocional y comunitaria de la solidaridad: repartir bolsitas de golosinas en cumpleaños, entregar platos para la cena compartida y la experiencia de ver las caritas felices de los chicos cuando reciben un regalo simple, pero significativo.
“Es un ida y vuelta que no tiene precio”, relató, conectando la acción con el impacto emocional que genera en madres, familias y voluntarios.
Durante la entrevista, la vecina también destacó las redes de apoyo: amigas y contactos que colaboran, la Municipalidad para repartir recursos y la tarea de entregar elementos de primera necesidad como colchones o heladeras, siempre con la premisa de que esas donaciones se destinen a quienes realmente las necesitan.
“Betina Beamonte es mi apellido; el Facebook está abierto; mi celular no tengo problema de darlo porque creo que medio a Río Grande lo tiene, es 15 47 58 99, o pueden traer a Los Onitas, al parque industrial o se comunican conmigo y lo pasamos a buscar”, expresó la referente.
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