En un contexto de desaceleración económica y ajuste en el poder adquisitivo, las ventas de combustibles registraron una contracción del 4,6% en junio. Sin embargo, Tierra del Fuego emergió como una excepción en el consumo de gasoil común, marcando una tendencia divergente frente al desplome del combustible común a nivel nacional.
Según datos oficiales de la Secretaría de Energía, el volumen total comercializado alcanzó 1.357.068 metros cúbicos, con una caída mensual pero un leve repunte interanual del 3,3%. El informe refleja un cambio en los patrones de consumo: mientras las naftas premium crecieron un 16,6% interanual, el gasoil común cayó un 4,6%, profundizando una tendencia que se extiende a la mayoría de las provincias.
El análisis por jurisdicciones revela un escenario fragmentado. Once provincias registraron aumentos interanuales, lideradas por Buenos Aires (+11,5%) y San Juan (+11,4%), mientras que La Rioja y Tucumán sufrieron las mayores caídas.
En contraste, Tierra del Fuego se posicionó como un caso atípico al ser una de las siete provincias que incrementaron la demanda de gasoil común, en un mercado donde ese segmento retrocedió en 17 distritos.
La nafta premium, en tanto, consolidó su expansión con alzas en 23 provincias, destacándose Neuquén (+26,2%). Este fenómeno contrasta con el comportamiento del gasoil premium, que creció en 22 jurisdicciones, aunque con bajas puntuales en La Rioja y Santa Cruz.
En el acumulado del primer semestre, las ventas totales mostraron un tímido avance del 0,9%, impulsado por el alza del 3,9% en naftas y la caída del 3% en gasoil. No obstante, los volúmenes se mantienen un 8,5% por debajo de 2023, evidenciando un mercado aún afectado por factores estructurales.
Expertos atribuyen esta dinámica a la combinación de precios elevados, menor actividad productiva y cambios en los hábitos de consumo, con una migración hacia combustibles de mayor octanaje pese al deterioro económico.
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