Las declaraciones del designado embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, generaron una ola de repudios en distintos sectores políticos del país. El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, fue quien reaccionó con mayor premura y contundencia frente a lo que consideró un atropello a la soberanía provincial.
A través de sus redes sociales, Melella señaló: “En Tierra del Fuego, no nos dejamos disciplinar por nadie y decidimos con autonomía. Frente a las declaraciones del embajador Peter Lamelas, no podemos permanecer en silencio. No es aceptable que un funcionario diplomático adopte una postura que bordea el intervencionismo y desconozca la soberanía de nuestra provincia”.
El futuro embajador, propuesto por Donald Trump, había expuesto ante el Senado de su país una visión de Argentina en la que las provincias representaban una complicación para la política exterior norteamericana. “Allí hay 23 provincias, y cada una tiene su propio gobierno, y cada gobierno puede negociar con fuerzas extranjeras, con los chinos u otros, para que lleguen y realicen proyectos”, afirmó en tono crítico, antes de mencionar su intención de “vigilar” esos vínculos y recorrer el país para alinear a los gobernadores con los objetivos de Washington.
Melella al respecto fue tajante: “En nuestra provincia, con la legitimidad que nos otorga la voluntad del pueblo fueguino y el mandato de la Constitución, decidimos a quién recibir y con quién dialogar. No admitimos presiones externas ni condicionamientos. En Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, los únicos que deciden sobre su futuro son las fueguinas y los fueguinos. A ningún embajador le corresponde darnos lecciones”.
La escalada de críticas se intensificó con el cierre del mensaje del mandatario fueguino, donde acusó directamente al diplomático de sostener una postura alineada con intereses foráneos: “Señor Lamelas, quédese en su país a resolver sus problemas de corrupción. Deje de ser socio de los usurpadores británicos. La Argentina y nuestra provincia no necesitan de usted ni de sus pretensiones intervencionistas”.
En el mismo sentido se expresaron otros gobernadores. Sergio Ziliotto, de La Pampa, también apuntó contra el “colonialismo” implícito en las palabras de Lamelas: “En La Pampa no aceptamos, ni aceptaremos, intromisiones externas que busquen disciplinarnos. Los únicos que nos mandan son las y los pampeanos”.
Ricardo Quintela, de La Rioja, acusó al diplomático de pretender “entrometerse en cuestiones internas de un país del que no es más que un visitante temporal”, mientras que Axel Kicillof, desde la provincia de Buenos Aires, lamentó “el humillante sometimiento” del gobierno nacional a “estas prácticas neocoloniales”.
Más indignación
El discurso del designado embajador, que incluso incluyó una referencia directa a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner –“asegurar que reciba la justicia que se merece”, afirmó-, provocó igualmente el rechazo de legisladores de Unión por la Patria, la izquierda y sectores de la UCR.
Para Juliana Di Tullio, Lamelas busca “intervenir en la política interna” del país y operar como “interventor”. Wado de Pedro, en la misma línea, lo acusó de intentar “alinear gobernadores con Washington”, mientras que Cecilia Moreau interpretó sus palabras como parte de un plan de injerencia directa en las provincias, la justicia y el sistema electoral.
El senador radical Pablo Blanco, representante fueguino, también se sumó al rechazo al considerar que las declaraciones constituyen “una provocación intervencionista y una amenaza inadmisible al federalismo y la soberanía de nuestras provincias”. El diputado y ex vicepresidente Julio Cobos apuntó a la autonomía provincial, recordando que no le corresponde a un embajador interferir en esos ámbitos.
De China, con amor
China, aludida por Lamelas en un contexto de supuestos actos de corrupción asociados a proyectos provinciales, también respondió. La embajada del país asiático en Argentina calificó los dichos del diplomático como “plagados de prejuicios ideológicos” y alertó sobre un resurgimiento de la Doctrina Monroe. “La República Argentina no debe convertirse en un campo de batalla de los intereses de las grandes potencias”, remarcó la sede diplomática.
El rechazo generalizado encontró eco además en dirigentes de distintos sectores. Desde el Frente de Izquierda, el diputado Christian Castillo consideró que las declaraciones del embajador son “propias de un virrey”. Legisladores como Constanza Alonso, Lorena Pokoik y Sergio Leavy coincidieron en que la embajada norteamericana parece buscar disciplinar a la oposición, perseguir dirigentes políticos y condicionar la política exterior del país.
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