La reciente decisión del SENASA de permitir el ingreso de carne con hueso a regiones libres de fiebre aftosa sin vacunación ha desencadenado un intenso debate en Tierra del Fuego. La medida, establecida mediante la Resolución 460/2025, revierte una restricción vigente desde 2002, cuando la Patagonia consolidó su estatus sanitario privilegiado. Sin embargo, lo que para algunos podría interpretarse como una flexibilización comercial, para los productores locales representa un riesgo sanitario y económico de proporciones.
Las consecuencias no se hicieron esperar. Chile, uno de los principales destinos de las exportaciones patagónicas, suspendió de inmediato las compras de carne con hueso, argumentando que la nueva normativa vulnera los acuerdos sanitarios previos. En paralelo, la Unión Europea anunció que revisará el estatus de la región, lo que podría derivar en restricciones adicionales.
Estas reacciones internacionales confirman los temores expresados por los referentes locales: el cambio no solo amenaza la salud animal, sino también los mercados que demandan productos con altos estándares de calidad.
Peligro para la sanidad y la economía
Lucila Apolinaire, presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, explicó con claridad los riesgos técnicos de la medida. «Se autoriza el ingreso de hueso redondo en ovinos y porcinos, que puede contener médula con virus activo. Estamos introduciendo un peligro donde antes no existía», afirmó.
Apolinaire recordó que, en el pasado, brotes de aftosa en otras regiones obligaron a sacrificios masivos y años de recuperación. «Hoy, en lugar de avanzar hacia estándares más altos, estamos retrocediendo», lamentó.

Mariano Viaña, productor y ex funcionario clave en la legislación ganadera fueguina, fue aún más crítico. «Esta medida no beneficia al consumidor; es un intento de descargar stock que no tiene salida en otros mercados», sostuvo. Además, destacó la inviabilidad logística: «Chile no permitirá el tránsito terrestre de estos productos, y el transporte marítimo o aéreo encarecería los costos».
Estatus construido con sacrificio
El estatus sanitario de la Patagonia no fue logrado sin esfuerzo. Viaña evocó los años de trabajo y las duras medidas aplicadas para erradicar la enfermedad, incluyendo sacrificios de ganado y estrictos controles. «Ahora, con una resolución, ponen en riesgo décadas de esfuerzo», señaló. Apolinaire coincidió: «Mientras países vecinos avanzan hacia la erradicación total de la aftosa, Argentina parece ir en sentido contrario».
Frente a la medida, el Bloque Rural Patagónico emitió un comunicado exigiendo la derogación inmediata de la resolución, acusando al gobierno nacional de actuar sin consultar a las provincias ni a los socios comerciales. Desde Tierra del Fuego, se han presentado reclamos formales y se monitorea un amparo judicial en Río Negro que podría sentar un precedente clave.
Mientras tanto, la incertidumbre crece. Para una provincia donde la ganadería es un pilar estratégico, la Resolución 460/2025 no solo representa un retroceso sanitario, sino también una amenaza a su identidad productiva. Si el estatus se pierde, recuperarlo podría llevar años, con consecuencias irreversibles para la economía regional.

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