Carnicero cortando carne vacuna en una góndola de supermercado en Argentina
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Precios y consumo

¿Baja el precio de la carne? Qué dicen los últimos datos

A pesar de la inflación, el precio de la carne vacuna se mantuvo estable en junio. El consumo per cápita subió y la mayor producción local podría impactar en las góndolas patagónicas.

La carne vacuna volvió a ganar espacio en la mesa de los argentinos. Según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA), el consumo por habitante alcanzó los 50,1 kilos anuales en junio, marcando un repunte del 5,2% interanual. En paralelo, los precios se mantuvieron relativamente estables, lo que alentó el regreso del consumo tras meses de retracción.

Una inflación que da tregua en el rubro carnes

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Gran Buenos Aires marcó una suba del 2,0% en junio, apenas superior al 1,5% registrado en mayo. Dentro del capítulo alimentos, el alza fue de 0,9%, y en el caso específico de carnes y derivados, la suba mensual fue de apenas 0,7%.

Esta relativa estabilidad contribuyó a que los hogares argentinos pudieran volver a comprar carne con mayor frecuencia. Es que en un contexto de inflación acumulada del 40,6% interanual, que el precio de la carne se mantenga casi sin cambios es una excepción positiva.

Precios mayoristas: caídas leves en Cañuelas

En el mercado agroganadero de Cañuelas, el valor promedio del kilo vivo cayó 0,5% entre mayo y junio, ubicándose en torno a los $2.199 por kilo. Algunas categorías como novillitos, toros y novillos registraron subas, mientras que otras mantuvieron sus precios.

Entre los productos minoristas, los cortes vacunos registraron un alza promedio de 1,2%, con subas puntuales en paleta (+2,4%), carne picada común (+1,9%), cuadril (+1,2%) y nalga (+0,6%). El precio del asado se mantuvo sin cambios, y el pollo entero bajó 0,7%, lo que también alivió la presión sobre el gasto familiar.

¿Por qué no sube la carne como otros alimentos?

Una de las claves está en la oferta. Según el informe de CICCRA, la producción de carne vacuna creció un 1,8% interanual en el primer semestre de 2025, alcanzando 1,518 millones de toneladas res con hueso. Esta mayor disponibilidad local coincidió con una caída del 21% en las exportaciones, lo que dejó más carne para el mercado interno.

Así, con una demanda externa debilitada y más oferta doméstica, los precios encontraron un equilibrio, al menos transitorio. Esto benefició directamente al consumidor argentino, que volvió a incluir la carne en su dieta con mayor frecuencia.

Patagonia: ¿habrá impacto local en los precios?

En regiones como Tierra del Fuego y la Patagonia, donde los precios de la carne suelen ser más altos por cuestiones logísticas, este escenario podría derivar en una estabilización o incluso leve baja en los precios, si se mantiene la oferta nacional y no se disparan los costos de transporte.

Además, el aumento del peso promedio de los animales faenados (de 226 a 231 kilos) también suma eficiencia al proceso productivo, lo que podría reflejarse en mejores precios al público si las condiciones macroeconómicas acompañan.

Más carne en la mesa, pero con cautela

El dato de los 50,1 kilos por habitante es alentador, sobre todo luego de años de caída sostenida en el consumo de carne vacuna. Sin embargo, desde el sector advierten que la mejora en el consumo podría ser coyuntural, y que dependerá en gran parte de la evolución del poder adquisitivo en el segundo semestre.

En ese sentido, el rol de la inflación será clave. Si los precios de alimentos se mantienen contenidos y la oferta ganadera continúa estable, la carne podría seguir siendo accesible para buena parte de la población.

¿Y si repunta la exportación?

Un factor a seguir de cerca es la recuperación parcial del precio internacional de la carne, que en mayo se ubicó en 6.450 dólares por tonelada peso producto, un 40% más que un año atrás. Si la demanda externa —especialmente de China— vuelve a crecer, podría restringirse la oferta local y generar una nueva presión sobre los precios internos.

De momento, el equilibrio se mantiene. Pero el sector está atento a los próximos meses: si mejora la exportación, el mercado interno podría volver a verse afectado.

Carne, precios y consumo: señales a monitorear

El informe de CICCRA deja algunas señales positivas para el consumidor argentino: mayor disponibilidad, precios estables y un leve repunte del consumo. Para regiones como la Patagonia, donde las carnes suelen tener un valor más elevado, esta combinación podría representar un alivio.

Sin embargo, el escenario sigue siendo frágil. El comportamiento de la inflación, el tipo de cambio y la demanda externa definirán qué lugar ocupa la carne en la dieta de los argentinos durante el resto del año.

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