En una profunda entrevista en el programa “Un gran día” de ((La 97)) Radio Fueguina, la doctora Soledad Cárcamo, especialista en gastroenterología, alertó sobre los graves efectos que tiene la mala alimentación en la salud de los niños y adolescentes.
Cárcamo explicó que la ingesta excesiva de comida chatarra no solo daña el intestino, sino que genera un círculo de problemas físicos y psicológicos difíciles de revertir.
“La alimentación con comida chatarra es obviamente algo negativo a nivel intestinal. Son una cantidad de grasas saturadas, azúcares y ácidos, y eso altera todo lo que es la microbiota, lo que se habla habitualmente como la flora intestinal. Además, también tenemos que afecta a nivel cardiovascular por el exceso de sal y productos dañinos, y esto genera inflamación, diarrea, constipación y problemas en la boca,” detalló.
La especialista añadió que esta mala alimentación “también le está produciendo a muchos chicos la diabetes tipo 2, y esto es grave porque, después de más grandes, van a empezar con el tema de la medicación, la insulina.”
Además, señaló que “se ha visto un aumento de esta condición, que puede afectar desde jóvenes hasta menores, y cada vez hay más chicos con este problema, todo producto de la comida chatarra. Se ven casos en Río Grande, todo por la mala alimentación.”
Cárcamo alertó que “todo esto se genera en un círculo porque estos alimentos son adictivos. Los chicos quieren cada vez más el sabor, los colorantes, y muchos productos tienen estos componentes que hacen que sean realmente adictivos.”
La especialista resaltó la importancia de la educación en estos casos, señalando que “lo primero es que la educación empieza por los padres, y también en los centros educativos, para que los niños aprendan a alimentarse saludablemente y puedan dejar esa tendencia al exceso de peso y la preferencia por los alimentos procesados.”
La doctora compartió también su experiencia con numerosos casos de diarrea crónica, acidez en adolescentes, y el uso frecuente de protectores gástricos como Omeprazol en menores de 15 años.
“He atendido chicos que no pueden dejar de ingerir comida chatarra y toman Omeprazol sin cesar. La realidad es que todos los chicos quieren comer dulce, snacks, hamburguesas, y eso altera la integridad intestinal, genera permeabilidad y abre la puerta a problemas más graves,” explicó.
Confesó que “podrían llegar a causar úlceras en el estómago, que incluso pueden sangrar. El estómago puede estar tan alterado que comienza con reflujo, y a largo plazo, pueden desarrollarse úlceras que se complican aún más.”
Por último, Cárcamo advirtió que los efectos no se limitan al sistema digestivo: “todo esto también altera la serotonina, y por eso muchos chicos están con ansiedad o depresión; además, puede afectar al corazón, generando hipertensión, y en la piel, el acné. Es un círculo vicioso, donde todo está conectado.”
La especialista hizo un llamado a los padres, docentes y a toda la comunidad a tomar conciencia de la importancia de una alimentación saludable desde la infancia, para evitar que estos problemas de salud afecten el bienestar físico y emocional de los niños y jóvenes en la región.
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