Durante el segmento “Chicos que crecen” del programa “Un Gran Día” en ((La 97)) Radio Fueguina, Valentina Fragueiro Frías compartió su historia y sus caminos en el mundo del cine, desde su lugar natal en Río Grande hasta su vida en la Capital Federal.
Valentina nació en Río Grande en 1997 y vivió toda su infancia y adolescencia aquí. Completó toda su educación en el Colegio Don Bosco, desde jardín hasta la secundaria, donde optó por la orientación en humanidades.
“En la secundaria hice humanidades, no tengo mucho conocimiento de números. También cursé algunas materias de arte y me interesaba mucho todo lo relacionado con lo visual”, contó.

Desde muy joven, Valentina sintió una marcada inclinación por el mundo audiovisual. “Siempre me gustó editar películas, videoclips, ver el detrás de escena, grabar con mis amigas y filmar videoclips en la escuela. Yo sí era muy visual y desde chiquita quería dedicarme a esto”, afirmó.
No sabiendo exactamente qué carrera seguir, en un principio pensó en ingeniería de sistemas, atraída por la programación y el trabajo con computadoras y videojuegos.
“Me consideraba un poco nerd en ese sentido, y pensé que esa carrera podía ser buena para mí, sobre todo por la parte de la computación”, explicó.
Sin embargo, su interés por lo artístico empezó a crecer. Cuando descubrió que existía una carrera de cine en Buenos Aires, decidió investigarla y visitar la universidad.
“Me gustó mucho la onda de los compañeros, de los profesores, y la universidad en general. Ahí decidí estudiar cine, específicamente en la carrera de montaje y edición”, relató

Valentina se mudó a Buenos Aires a los 18 años, después de terminar la secundaria. “Nunca pensé estudiar otra cosa, porque el montaje me encanta. Es una carrera que te exige aprender todos los días, actualizarte con nuevos programas, hacer cursos, y siempre hay algo nuevo que aprender”, comentó.
La joven resaltó también el impacto de la pandemia en su vida profesional. “Me recibí en medio de la pandemia, y desde entonces trabajo editando videoclips, publicidad y cortometrajes. Actualmente sigo en esa línea, moviéndome entre proyectos y también como profesora en la Universidad”.
A pesar de que admitió que “este año la cantidad de trabajo ha bajado muchísimo por cuestiones políticas y económicas”, valora la rebeldía y la perseverancia en busca de nuevas oportunidades.
“Siempre aparece algún proyecto, algún artista o marca que quiere filmar un comercial, y también en la universidad se mantiene el trabajo”, aseguró.

Desde Río Grande, en un comienzo, su pasión por la edición y el audiovisual fue un hobby que ahora forma parte de su vida profesional y personal. “El montaje es algo que no me veo haciendo otra cosa, porque día a día se aprende algo nuevo y siempre hay desafíos por delante”, finalizó.
La historia de Valentina refleja cómo la pasión, el interés y la perseverancia pueden abrir caminos incluso desde el sur del país hacia un mundo tan dinámico y competitivo como el del cine y lo audiovisual, demostrando que siempre hay lugar para los sueños y la dedicación.
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