En el Colegio Provincial de Educación Técnica (CPET) de Río Grande, la comunidad educativa avanza en un ambicioso plan de convivencia escolar para abordar situaciones complejas derivadas del uso de redes sociales y la violencia entre pares. Oscar Plaza, director de la institución, explicó en ((La 97)) Radio Fueguina que la iniciativa surgió tras un diagnóstico alarmante: «Lo que estamos viendo en los colegios hoy no es más ni menos que el reflejo de lo que pasa en la sociedad».
El eje del proyecto es la prevención. «Empezamos a hacer mucho trabajo de concientización», señaló Plaza, tras reuniones con la División de Delitos Complejos de la policía. El foco está en la sobreexposición digital: «Los chicos dan datos personales no solo de ellos, sino de familiares, amigos. Cuando uno publica ‘de vacaciones en X lugar’, ya hay gente que puede recabar esa información». Detalló riesgos concretos: «Si no desafectan la geolocalización en fotos, cualquiera sabe dónde viven. Mostrar una pared en blanco de su casa puede ser suficiente para vulnerarlos».
La estrategia es escalonada. Primero, se trabajó con alumnos y docentes durante una semana dedicada exclusivamente al tema, suspendiendo actividades académicas. «Ahora retomamos lo pedagógico, pero sin abandonar estas capacitaciones», aclaró.
El próximo paso es sumar a las familias: «Necesitamos que tomen conciencia de a qué se exponen sus hijos y todo el grupo familiar». Sobre la resistencia de algunos padres a revisar dispositivos, Plaza fue contundente: «Si mi hijo es menor, voy a invadir su privacidad para evitar inconvenientes. No hay otra forma».
El plan incluye talleres permanentes con especialistas en ciberseguridad. «La policía puede rastrear llamadas o mensajes enmascarados», destacó. Aunque evitó confirmar casos concretos en el CPET, mencionó situaciones cercanas: «Por redes se organizan encuentros violentos. La policía ha desarticulado algunos gracias a denuncias».
Plaza enfatizó que el proyecto no será efímero: «Más allá de la ebullición inicial, esto debe mantenerse. Cada tanto hay que insistir para que no se olvide». La meta, concluyó Plaza, es clara: «Que los chicos entiendan que un like o una foto inocente pueden tener consecuencias graves. La escuela no puede ser ajena a eso».
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