Revolut llega a Argentina y sacude el mercado fintech local

La fintech más valiosa de Europa, Revolut, confirmó su ingreso al mercado argentino con la adquisición del banco Cetelem, una pequeña entidad local que pertenecía a BNP Paribas. Esta operación marca un nuevo capítulo en el sistema financiero nacional, en un contexto de reformas económicas, crecimiento del crédito al consumo y competencia feroz entre billeteras digitales.

Una movida estratégica con impacto global

Fundada en Londres en 2015 por el ruso Nikolái Storonski, Revolut es hoy uno de los bancos digitales más grandes del mundo, con presencia en más de 50 países, una valuación cercana a los 45.000 millones de dólares y más de 60 millones de clientes globales. Su desembarco en Argentina forma parte de una estrategia de expansión en América Latina que ya incluyó a Brasil, México y Colombia.

Bancos cómodos, usuarios resignados: el terreno que pisan las fintech

Durante años, muchos bancos tradicionales argentinos operaron en un entorno de escasa competencia real, beneficiados por barreras burocráticas, costos de salida altos para los usuarios y una red de privilegios regulatorios que blindó sus negocios. La experiencia del cliente rara vez fue una prioridad: trámites presenciales, demoras, comisiones poco transparentes y atención deficiente fueron moneda corriente.

La llegada de fintechs globales como Revolut no solo introduce competencia, sino que pone en evidencia las falencias estructurales de un sistema acostumbrado a operar sin presión por mejorar. Empresas nativas digitales, diseñadas para facilitar la vida financiera del usuario desde una app, ingresan a un terreno fértil para ganar terreno rápidamente.

¿Por qué un jugador desconocido como Cetelem?

El movimiento se produce mediante la compra de Banco Cetelem Argentina, una entidad de baja escala en el sistema local, con activos por apenas 6,4 millones de dólares, pero con un valor clave: su licencia bancaria habilitada por el Banco Central. Con esta operación, Revolut se asegura una entrada legal directa para operar como banco en el país, sin tener que solicitar una nueva licencia desde cero.

Competencia directa con Mercado Pago, Ualá y Brubank

El ecosistema fintech argentino es uno de los más desarrollados de la región. En los últimos años, billeteras digitales como Mercado Pago y Ualá ganaron terreno frente a los bancos tradicionales, especialmente en sectores históricamente desatendidos. La pandemia, la inflación y la necesidad de soluciones prácticas empujaron una adopción masiva de servicios financieros móviles.

En ese escenario, Revolut llega con un portfolio robusto: cuentas multimoneda, cambio de divisas en tiempo real, tarjetas físicas y virtuales, préstamos, inversiones, seguros, y transferencias internacionales. Su promesa: operar con comisiones bajas o inexistentes, una ventaja que podría modificar el equilibrio competitivo en el país.

Reformas económicas y auge del crédito: un contexto favorable

El ingreso de Revolut coincide con un momento de transformación en la economía argentina. Las reformas impulsadas por el presidente Javier Milei, como la reducción del déficit fiscal, el freno a la emisión monetaria y la apertura gradual del cepo cambiario, comenzaron a mostrar señales de estabilización.

Uno de los efectos más notorios ha sido el repunte del crédito al consumo, que en 2023 registró el mayor crecimiento en más de tres décadas: un 53% en términos reales, según datos de ADEBA. La recuperación del poder adquisitivo en algunos sectores y la baja de las tasas de interés incentivaron la demanda de préstamos personales, generando un clima propicio para el desembarco de nuevos jugadores financieros.

Quién es quién: liderazgos y desafíos en la operación

Para liderar sus operaciones en Argentina, Revolut designó como CEO local a Agustín Danza, ex ejecutivo de Mercado Pago. Su rol será fundamental no solo para la adaptación de la plataforma al marco regulatorio argentino, sino también para el desarrollo de estrategias comerciales en un mercado exigente.

La compra de Cetelem aún está sujeta a la aprobación del Banco Central, paso imprescindible para que Revolut comience a operar con su modelo digital completo. Mientras tanto, la fintech ya inició un proceso de contratación de personal para establecer su estructura en el país.

Una nueva era para el sistema financiero argentino

La llegada de Revolut se suma a una ola de interés internacional por el sistema bancario argentino. Otras empresas, como Allaria Asset Management, Ualá, MercadoLibre e incluso ex ejecutivos de Citigroup, han manifestado intenciones de obtener licencias bancarias para ampliar sus operaciones en el país.

Este fenómeno sugiere una transformación estructural del sistema financiero, en el que las entidades tradicionales deberán modernizar sus servicios para no quedar relegadas frente a plataformas más ágiles, centradas en el usuario y con ofertas 100% digitales.

Revolut no será el único nuevo actor, pero sí uno de los más importantes en términos de capital, experiencia global y variedad de servicios. Su presencia podría forzar una reconfiguración profunda del mercado, acelerando la digitalización y poniendo presión sobre precios, comisiones y atención al cliente.

Más que una fintech: el objetivo de liderar el mercado

En cada mercado donde desembarca, Revolut apunta alto: convertirse en la aplicación financiera número uno para los usuarios locales. En Argentina, ese objetivo significará enfrentar no solo a gigantes como Mercado Pago, sino también a un entramado económico y regulatorio volátil.

Aun así, la compañía parece confiar en su modelo disruptivo. “No buscamos ser solo una alternativa, sino establecer un nuevo estándar en servicios financieros”, declaró Carlos Urrutia, jefe de Expansión Internacional de Revolut. En sintonía, Agustín Danza aseguró: “Queremos ser la plataforma preferida de los argentinos para gestionar su dinero, tanto a nivel local como global”.

La entrada de Revolut a Argentina no es un simple hecho corporativo: es un síntoma de cambio. En un país donde el acceso al crédito fue históricamente limitado y la confianza en los bancos tradicionales está erosionada, la competencia de una fintech global puede actuar como catalizador de mejoras, innovación y mayor inclusión financiera. La clave estará en cómo responden los jugadores locales y qué tanto está dispuesto el consumidor argentino a abrirle la puerta a un nuevo protagonista digital.