La decisión del gobierno nacional de habilitar el ingreso de carne con hueso a la Patagonia desde regiones donde la fiebre aftosa se controla con vacunación despertó un fuerte rechazo en el sector rural fueguino. Lucila Apolinaire, presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, expresó su preocupación en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina: «Nosotros seguimos en desacuerdo de poner en riesgo el estatus sanitario de Patagonia, con medidas que pensamos que retroceden en lugar de avanzar».
Apolinaire recordó que la Patagonia es libre de aftosa sin vacunación desde 2002, un logro que demandó décadas de trabajo. «Hoy puede entrar carne sin hueso porque el riesgo de que entre el virus es a través del hueso redondo. Sin embargo, autorizando esto, sentimos que se está perforando la barrera», afirmó. La dirigente subrayó que esta medida podría afectar las exportaciones a mercados exigentes como la Unión Europea, Japón y Corea: «Cambian las condiciones frente a nuestros posibles compradores».

Sobre los argumentos oficiales que señalan beneficios económicos, Apolinaire fue contundente: «Hay una presión muy fuerte de la Pampa de entrar con carne con hueso al sur de la barrera». Sin embargo, desestimó que esto reduzca los precios: «Va a ser carísimo igual. Es una carne premium, tope de gama, inaccesible para el consumidor local». Además, cuestionó las garantías sanitarias: «Si le pasa un brote de aftosa al primer mundo, como ocurrió en Alemania este año, ¿cómo podemos nosotros aseverar que acá no va a pasar?».
La resolución 460/2025 de SENASA, publicada este jueves, establece condiciones estrictas para el traslado de cortes con hueso plano (costilla, asado y esternón), pero Apolinaire consideró insuficientes los controles: «El Senasa está diezmado, carente de presupuesto». También rechazó la legitimidad del proceso: «Estábamos en una mesa de diálogo, pero esto se decidió de manera intempestiva. Es netamente política».
La dirigente confirmó que los productores patagónicos evalúan acciones conjuntas con otras provincias: «No vamos a aceptar esto. Estamos trabajando en un bloque con todos los gobiernos provinciales». Su advertencia final resonó con tono de urgencia: «Esto no es solo carne bovina; afecta a ovejas, chivos, búfalos. Es una cachetada a 30 años de esfuerzo».
Mientras el gobierno nacional insiste en que la medida no altera los protocolos internacionales, el sector rural fueguino se prepara para una pulseada que, aseguran, definirá el futuro sanitario y económico de la región.
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