En un contundente mensaje difundido a través de la red social X, el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, expresó su preocupación por la confirmación judicial de la condena a la ex presidenta y actual líder del Partido Justicialista (PJ), Cristina Fernández de Kirchner.
Sin mencionar detalles procesales, su texto se centró en el impacto institucional y democrático de la decisión, en línea con la postura del kirchnerismo, aunque con un tono que buscó trascender la coyuntura partidaria.
«Los argentinos y argentinas asistimos con preocupación a un momento que marcará nuestra historia democrática», escribió Melella, marcando desde el inicio el carácter histórico que atribuye al fallo. En un párrafo posterior, apeló a la responsabilidad institucional: «La Justicia, las autoridades y toda la dirigencia política tenemos la responsabilidad de estar a la altura: es tiempo de enviar señales claras de institucionalidad, convivencia democrática y respeto profundo por los valores republicanos».
El eje de su argumentación radicó en la figura de Fernández como representante política y social antes que jurídica. «Cristina Fernández de Kirchner no es solo una referente política: para millones representa una etapa de ampliación de derechos, inclusión y esperanza de un país más justo», sostuvo, reforzando la narrativa oficialista que vincula su liderazgo con conquistas sociales.
El tramo más contundente de su mensaje cuestionó las consecuencias electorales de la inhabilitación. «Impedir su candidatura no afecta solo a una persona: es limitar el derecho de millones de compatriotas a elegir libremente, dentro del sistema representativo y democrático que construimos con esfuerzo desde 1983», afirmó, en una clara alusión a los riesgos de fractura en el sistema de partidos.
La frase final condensó su postura: «No hay democracia plena cuando se restringe la voluntad popular», una sentencia que, sin citar casos históricos, evoca debates sobre proscripciones en la Argentina.
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