La maternidad se presenta de muchas formas. Para algunas mujeres, es un proceso natural, que empieza con nueve meses de embarazo, un parto y la alegría de tener un bebé en brazos. Muchas salen del hospital con el niño en descanso, como si nada hubiera pasado, disfrutando de esa nueva etapa. Pero no todas las madres acompañan este momento con la misma experiencia.
Existen mujeres que enfrentan partos por cesárea, otras que atraviesan por procesos más complejos y también algunas que, por diferentes motivos, necesitan una atención especial debido a sus condiciones físicas o motrices.
La inclusión en la maternidad se ha convertido en un aspecto fundamental en la agenda social, reconociendo que ser madre es un derecho que abarca toda la diversidad.
A través del ejemplo de Mariana Torales, una joven artista fueguina con discapacidad, podemos visibilizar historias que inspiran. Mariana, de 26 años, tiene artrosis múltiple congénita, lo que implica que su cuerpo no se desarrolló completamente. «Ando en silla de ruedas, pero soy artista pintando con la boca», contó en el programa “Un Gran Día” de ((La 97)) Radio Fueguina.

Su historia refleja que, a pesar de las adversidades, el amor por sus hijos trasciende limitaciones físicas. “Ser mamá fue una decisión planeada”, expresó.
A pesar de las dudas iniciales, Mariana resalta que “nos arriesgamos y acá estamos”. La llegada de Maximiliano, su bebé, fue un momento muy especial. “Nació el 18 de febreo, y fue una experiencia inolvidable. Me lo acercaron a la cara, y lloraba porque tenía hambre”, relató con emoción.

Aunque admite que no puede hacer muchas cosas que hacen otras madres, Mariana destaca que “es hermoso, y siempre digo que todo se puede si uno se lo propone”. La ayuda de su pareja, que describe como “impecable”, ha sido clave para sobrellevar las responsabilidades.
Su testimonio visibiliza que la inclusión no solo es un concepto en las instituciones, sino una realidad que involucra amor, compromiso y adaptación. Como ella misma dice, “todo se puede si uno se lo propone”.

Historias como la de Mariana demuestran que ser madre, en toda su diversidad, es un acto de amor y de superación. La inclusión en la maternidad es un camino que todavía debemos recorrer, pero que ya tiene ejemplos claros y emocionantes en Tierra del Fuego.

Comentarios