En ((La 97)) Radio Fueguina, Carmen Ovejero, madre de Karina, víctima fatal del trágico accidente ocurrido en Río Grande el domingo 18 de mayo, compartió la angustia y el drama familiar que vive tras la pérdida.
Se trata de la lucha de una familia que aún espera la recuperación de su hijo mayor, Lautaro, quien continúa en terapia intensiva sin despertar. Al mismo tiempo que acompaña a otro hermanito en su mejora.
“Estamos en la espera de que, como ya saben, mi nieto el mayorcito sigue en estado crítico. Todavía está en terapia intensiva. El más chiquito ya está un poquito más mejor, pero también entraría otra vez en cirugía en unos días más. Y acá estamos, tristes, con todo lo que estamos pasando”, relató Carmen.
La madre detalló que “Dylan, que tiene 7 años, es el más chiquito, y Lautaro, que va a cumplir 11 años el mes que viene, ya estaba preparando su cumpleaños. Ellos iban teniendo una vida muy buena. Mi hija, una excelente mamá, y su esposo, un papá que siempre está para sus hijos. La verdad, esto es muy triste porque no cambiaron la vida totalmente”.
Explicó también que “Lautaro tiene un politraumatismo en la cabecita; no despierta. Le tuvieron que hacer dos cirugías porque su cerebro colapsó con los golpes y se inflamó. El viernes volvió a cirugía. Está en terapia intensiva, en estado estable pero crítico, y es muy poquito lo que evolucionó. Pero tenemos la esperanza de que va a salir. Tenemos esa esperanza”.
Con respecto a Dylan, Carmen expresó que “contra todo pronóstico, con lo mal que estaba, está bien. Se pudo comunicar ayer. Le contamos lo que pasó, y preguntaba mucho por su hermano, por Lautaro. Le dijimos que Lautaro todavía no está mejor y sigue internado”.
La madre también comentó cómo viven la incertidumbre y la angustia: “Ayer nos dieron el parte de la mañana de que Lautaro todavía no sale de su estado crítico, pero que su cerebro se acomodó un poquito tras la cirugía y le sacaron pedazos de hueso para que pueda ajustarse. La situación es muy difícil, muy difícil”.
Carmen hizo un llamado a la comunidad y a las autoridades: “Mi hija era ama de casa, y mi yerno hacía changas porque estaba sin trabajo. Se quedó sin empleo, y ahora, las dos abuelas vamos a hacernos cargo. Todo cambió totalmente. Solo pedimos cadenas de oración para que puedan salir”.
Por otro lado, remarcó que no hubo acercamiento de ninguna autoridad: “Nadie se acercó a nosotros ni la justicia ni las autoridades. Estamos muy consternados, peleando sola la familia”.
“Mi yerno siempre fue prudente al manejar, siempre decía que cuando iba con su familia era otra cosa y que desde que tuvo sus hijos y su familia él era siempre prudente. Hemos salido de vacaciones, hemos viajado, porque siempre me llevaban a mí, hemos salido a Chile, siempre con una prudencia enorme que tenía”, expresó Carmen.
Agregó que “nadie de la otra familia tampoco se acercó a nosotros, nadie. No conocemos a nadie del otro vehículo tampoco, ni de la otra familia”.
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