Hace siete años la asociación “Tú puedes” empezó su tarea en Río Grande, con la misión de capacitar a padres y docentes y promover la inclusión de niños con discapacidad en la sociedad.
Durante este tiempo, más de 74 familias de Río Grande y unos 60 de Ushuaia han encontrado en esta organización un espacio de contención, aprendizaje y acompañamiento, en un contexto de dificultades para gestionar recursos y reconocimiento por parte del Estado.
La integrante de la asociación, Patricia Méndez, detalló en el programa “Un gran día”, emitido por ((La 97)) Radio Fueguina, la ardua lucha que han llevado adelante estos años.
“Ha sido una lucha constante, no tanto por los padres y niños en sí, sino por las dificultades burocráticas y administrativas del Estado para brindarnos apoyo real”, explicó. “Todo lo que logramos fue a pulmón, con mucho esfuerzo personal, sin respaldo oficial, pero con una fe firme en que debíamos hacer algo por nuestras familias.”
“Hoy el gobierno no nos escucha, siempre estamos en una lucha constante -sostuvo Mendes-. En realidad siempre nos hicieron a un lado, nos llamaban siempre las mamás locas, porque golpeamos puertas, porque queríamos ser escuchadas, presentamos notas reclamos y entonces eso es como que molesta, molesta muchísimo”.
Desde sus inicios, “Tú puedes” se orientó a asesorar a padres que recién atravesaban la discapacidad de sus hijos, brindándoles herramientas y contención. Además, se enfocaron en la capacitación de docentes para que estos pudieran incluir en las aulas a niños con diferentes patologías, logrando que muchos de ellos tuvieran la oportunidad de estudiar en escuelas comunes, con las certificaciones correspondientes.
Pero esa lucha, a pesar de los avances, sigue enfrentando obstáculos. La falta de espacios habilitados y accesibles para que las familias puedan reunirse y realizar actividades es una de las principales dificultades.
Actualmente, “Tú puedes” se encuentra sin un lugar propio, tras la irremediable salida del espacio que el Estado les proporcionaba desde el IPVyH, que en los últimos meses les fue retirado sin justificación alguna y ahora es utilizado como depósito.
Patricia lo relató con frustración: “Nos quitaron el espacio que teníamos en el IPV, un departamento con patio, pero con muchos obstáculos para niños en silla de ruedas. Necesitamos un espacio público, accesible, que podamos acondicionar para talleres y encuentros, porque ese era un día esperado por todos nosotros, el sábado, cuando nos juntábamos para que los niños puedan jugar, aprender y socializar.”
La falta de apoyo institucional, en un contexto donde la discapacidad sigue siendo considerada prácticamente invisibilizada y abandonada, genera malestar en las familias. “Esto es agotador, estamos remando contra un sistema que no nos acompaña”, afirmó Patricia. “Yo llevo diez años transitando la discapacidad y sentimos que siempre fue así, un sistema que nos deja de lado, que no ofrece soluciones.”
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