En medio del paro nacional de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), Río Grande mantuvo su servicio de transporte público sin interrupciones. Ariel Ledesma, gerente de Citybus, atribuyó la normalidad a la decisión de los trabajadores locales de no adherir a la medida y aprovechó para profundizar en los desafíos económicos del sector, centrándose en el próximo aumento de boleto. “Nosotros estamos tramitando el tema del aumento de boletos para cubrir la operación, los costos y, sobre todo, afrontar los aumentos salariales correspondientes”, explicó en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina.
Ledesma detalló que, sin subsidios, la tarifa técnica -el valor real del servicio- rondaría los $2500. Sin embargo, gracias al aporte municipal, los usuarios pagan actualmente $778, con un subsidio que absorbe la diferencia. “Hoy en Río Grande, la tarifa aprobada es de $1060, pero el municipio subsidia una parte. Si no existiera ese apoyo, sería imposible para la gente pagar el costo completo”, afirmó.
El ejecutivo anticipó que, tras una revisión técnica programada, la tarifa sin subsidios podría ajustarse a $2500-$2600 en los próximos meses, aunque aclaró que la decisión final sobre cuánto seguirá subsidiando el Estado recae en las autoridades: “Es una política pública. Seguramente el municipio continuará apoyando, pero habrá una actualización en el boleto que paga la gente”.
Respecto a las paritarias, Ledesma señaló que las negociaciones en el interior -separadas de las de Buenos Aires- avanzan en un contexto complejo. “Mañana hay una audiencia para continuar las tratativas. Todos los acuerdos anteriores se cumplieron porque hubo aumentos de boletos y subsidios que permitieron afrontar las recomposiciones salariales”, sostuvo. Aunque evitó hablar en nombre de los trabajadores, vinculó su decisión de no plegarse al paro con el cumplimiento histórico de los incrementos pactados: “El último acuerdo se cumplió a rajatabla. Eso construye confianza”.
El gerente también resaltó la “sinergia” entre usuarios, empresa y municipio para sostener el sistema. “El servicio transporta entre 12.000 y 14.000 personas por día en una ciudad de 100.000 habitantes. Es un modelo solidario: algunos renuncian a beneficios aunque podrían acceder, y eso ayuda a equilibrar los recursos”, mencionó.
Reconoció, no obstante, que los aumentos “nunca son gratos” pero son necesarios para mejorar frecuencias y cobertura: “Cuando ajustamos el boleto, nuestro compromiso es sostener y mejorar el servicio. Hay demandas pendientes, pero con los recursos actuales hacemos lo posible”.
Sobre el impacto social, Ledesma admitió que una tarifa no subsidiada sería inaccesible: “En otras ciudades, la gente paga $1680 o directamente no hay transporte”. Agradeció el rol del municipio, que además subsidia viajes gratuitos para estudiantes, y concluyó: “Llevamos siete años con este esquema. No es mérito solo nuestro, sino de una cadena donde el usuario exige calidad, el Estado aporta y la empresa invierte”.
La definición del nuevo valor del boleto, aseguró, se comunicará oportunamente tras la presentación formal de la empresa.
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