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Justicia Federal 

Su exsecretaria destaca el legado intachable de la Dra. Lilian Herráez

La actual jueza, Mariel Borruto, elogió la trayectoria de su antecesora, recientemente distinguida, con quien trabajó 24 años. Resaltó su rectitud profesional, su lucha por abrir el juzgado local y su rol clave en la causa por crímenes en Malvinas.

En una entrevista exclusiva por ((La 97)) Radio Fueguina, la jueza federal de Río Grande, Mariel Ester Borruto, dedicó gran parte de su diálogo a reconocer la trayectoria de su antecesora, la Dra. Lilian Herráez, recientemente declarada ciudadana ilustre. 

Con admiración y respeto, quien fuera Secretaría del Juzgado de Herráez subrayó la solidez profesional y el carácter pionero de su antecesora, con quien compartió más de dos décadas de trabajo. «La doctora Lilian Herráez es una mujer intachable y tuvo una eximia carrera, yo doy fe porque con ella trabajé 24 años. Muchísimo, muchísimo», afirmó, remarcando la influencia decisiva de su mentora en la estructura judicial fueguina.

Uno de los hitos que Borruto atribuyó a Herráez fue la creación del juzgado federal en Río Grande en 1995, un logro que transformó el acceso a la justicia en la región. «Fue una de las precursoras en traer el juzgado federal acá. Porque el único que había estaba en Ushuaia», explicó, detallando las gestiones políticas que demandó el proyecto. «Luchar para que los diputados, los senadores se pusieran las pilas y crearan el juzgado acá, eso fue también una de las impulsoras, no es poca cosa», recalcó. La magistrada recordó cómo esos esfuerzos consolidaron la soberanía judicial en una zona fronteriza crítica, donde temas aduaneros y de límites requieren atención constante.

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Dra Lilian Herráez, exjueza Federal de Río Grande.

El respeto hacia Herráez, según Borruto, trascendía lo profesional. «La tratábamos de usted. Mucho respeto», confesó, evocando un estilo de trabajo: «Era de otra época donde llegaba ella y el silencio imperaba en el tribunal». Esa admiración la llevó a homenajearla al asumir su propio cargo: «Lo primero que hice es ponerle su nombre a una sala de audiencias. Le hicimos un pequeño homenaje con todo el personal».

Borruto también destacó el compromiso de Herráez con la causa por torturas a excombatientes de Malvinas, un expediente que aún espera resolución de la Corte Suprema. «Ella nos convocó a todos (…) fue fuerte para todo el tribunal», rememoró, explicando que el caso depende ahora de que el máximo tribunal defina si los hechos constituyen delitos de lesa humanidad. «Nos falta la definición del Superior», señaló, manteniendo la postura que ambas compartieron: que los crímenes no deben prescribir.

Aunque Herráez ya no está al frente del juzgado, su legado perdura en la memoria institucional y en el reconocimiento de sus colegas como Mariel Borruto, quien cerró con una reflexión sobre su vigencia: «La doctora Herráez fue una profesional muy recta, muy derecha». Una descripción que, en su sencillez, encapsula el peso de una carrera dedicada a sentar las bases de la justicia en el confín austral.

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