En Río Grande, la desnutrición infantil no es una problemática ajena. La Dra. Yanina Montenegro, pediatra y directora médica de CONIN, confirmó en diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina que existen casos activos en la ciudad, aunque muchos quedan fuera del radar institucional. «Nosotros en el programa tenemos desnutridos leves 2 y moderados 1, pero que nosotros tenemos. Hay un montón de gente que no nos llega, porque es así», admitió.
La profesional explicó que, si bien el programa atiende a niños hasta los cinco años, las barreras geográficas y la voluntariedad de las familias limitan la cobertura: «Ojalá pudiéramos captar a toda la población. Sabemos que no es así, que a veces no llegan. Y sí, sí los hay, porque uno después los ve».
Montenegro enfatizó que el principal indicador de desnutrición en la región suele ser el retraso en la talla más que el bajo peso. «Generalmente lo que más está afectado en los niños es la talla y los niños más que el peso», señaló, aunque aclaró que cada caso debe evaluarse individualmente con parámetros clínicos.
Para determinar la gravedad, CONIN utiliza tablas de percentilos: «Cuando está menos del percentilo por dos rangos bajos, decimos que está leve 1 o cuando son 2 por debajo de menos de 2, sería moderado y ya abajo de 3 es grave».
Consultada sobre cifras concretas, la médica evitó dar números absolutos para no generar alarmas infundadas. «No puedo tirar yo un número y que el padre quede que un niño de dos años va a andar pesando esto, porque tiene que ver con la talla de cada niño», argumentó. Insistió en que las apariencias engañan: «Por ahí dicen, ‘¡ay, es re flaquito!’ me dicen. No mamá, todo el grado le dicen que es más bajito, pero vos lo ves y está en el percentilo normal». Sin embargo, reconoció que las comparaciones entre pares suelen angustiar a las familias: «Se lo compara en la fila con su compañerito y está más bajito, pero dentro del percentilo está normal».
La entrevista cerró con un llamado a la comunidad para sumarse al programa a través del número de WhatsApp 2964 553638, aunque Montenegro reiteró que el desafío mayor sigue siendo llegar a quienes más lo necesitan: «Yo trabajo en otros ambientes también y uno los ve. No captamos a la gente porque tienen que tener también, esto no lo obligamos nosotros a venir acá». Su testimonio dejó en evidencia una realidad silenciosa, donde la desnutrición, aunque no siempre visible, persiste en los márgenes de la ciudad.
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