En la reciente reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia de la cámara alta de la Nación, el senador por Tierra del Fuego Pablo Blanco (Unión Cívica Radical) lanzó una crítica contundente contra sus pares por priorizar debates que, según él, solo benefician a la clase política en detrimento de las urgencias sociales.
Con un tono franco, el legislador cuestionó la agenda del cuerpo que integra: «A mí lo que me preocupa es que últimamente este Senado se está juntando en la reunión de comisión exclusivamente por temas que tienen que ver o que nos interesa esencialmente a la clase política, como se dice».
Blanco remarcó que existen «muchos temas que son importantes que vienen de hace mucho tiempo en la necesidad de la gente común de que se traten», pero advirtió que el Senado «no opera en ese sentido». En lugar de abordar esas demandas, señaló que se «está tergiversando la discusión» hacia asuntos que, aunque relevantes para la institucionalidad, no impactan directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Uno de sus ejemplos fue la demora en la designación del titular de la Auditoría General de la Nación, un organismo clave para el control público que lleva más de un mes vacante. «Es una vergüenza que un gobierno que se dice defensor de la auditoría a ultranza no facilite, a través de sus representantes, tanto en Diputados como en el Senado, la discusión para el cumplimiento de la ley», afirmó. Sin embargo, aclaró que hay prioridades aún más urgentes: «Es mucho más importante discutir el tema de la problemática que está teniendo la gente con discapacidad».
En la misma línea, Blanco mencionó la crisis de los créditos UVA, un tema que afecta a miles de familias y que, según él, requiere una decisión inmediata. «Debemos tomar una decisión por sí o por no, pero no podemos seguir discutiendo cosas que en realidad son importantes en la institucionalidad, pero no son importantes para la gente», sentenció.
Las declaraciones del senador reflejan un malestar creciente con la dinámica legislativa, acusando a sus colegas de perder de vista el verdadero rol del Congreso: resolver problemas concretos. Mientras el Senado debate reformas en la Corte Suprema o ajustes en organismos de control, Pablo Blanco insiste en que la agenda está desconectada de «la gente común», aquella que espera soluciones y no disputas políticas.
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